martes, 26 de agosto de 2014

218. Indecisión general

Olímpica ira, damero agresivo, idea fulminante, cebra pixelada, corriente alternativa, desastre inminente, indecisión general, adjetivación ortopédica o mecánico silencio son algunos de los títulos que se me ocurren para esta fotografía, pero la verdad es que no tengo muy claro por cuál decantarme.

domingo, 24 de agosto de 2014

217. Jazz

No recuerdo muy bien dónde -Naumburg, Conques o quizás Luarca- y apenas cuándo tuvo lugar aquel concierto memorable. Lo que sí tengo muy vivo en la memoria es el sonido del piano, desaliñado, alegre, descarado, que salpimentaba el local con notas musicales olor a canela, vino tinto y hachís. Aquella noche descubrí que el equilibrio tiene muchos puntos de apoyo posibles, que si la música sale de las entrañas las notas cobran vida y se convierten en mariposas, murciélagos o estorninos y también que el jazz, un caos en el que siempre me ha costado nadar, puede llegar a ser algo extraordinariamente hermoso. Los dedos que acariciaban las teclas de aquel piano, largos y con las uñas pintadas de un rojo intenso, mucho tuvieron que ver en la magia de aquel momento, pues se desplazaban por el teclado con la elegancia, levedad y gracia de una prima ballerina. Y era tal la sintonía entre músico y piano que uno podía llegar a dudar de si eran los dedos los que hacían mover las teclas o viceversa. Me cuentan que después de aquella noche mágica el piano pocas veces más volvería a sonar igual, ni con jazz, ni con soul, ni flamenco, ni fado, ni blues. Y es que para un tango veinte años puede que no sean nada, pero para una ranchera es una eternidad.

sábado, 16 de agosto de 2014

216. De bares

Este verano, después de muchos años, he vuelto por aquel bar. Y, qué agradable sorpresa, mi copa sigue en el mismo sitio, al fondo de la barra. La jubilaron y dejaron de usarla, tal como hacen en la NBA con las camisetas de los grandes bebedores -perdón- jugadores. Pero la dicha no fue completa, pues ella, como era de suponer, ya no trabaja allí.

Foto: Rodri

martes, 5 de agosto de 2014

215. Fuerza bruta

A veces pasan estas cosas, te pones a ordenar las fotos del último viaje y descubres una imagen que no sabes muy bien cómo acabó en la tarjeta de memoria y ahora la observas sorprendido como si fuese una radiografía de tu estado de ánimo. Apenas unos minutos antes la radio daba cuenta de las últimas víctimas en la franja de Gaza, de los movimientos de tropas en Ucrania y del cruce de amenazas entre los presidentes de Rusia, EEUU y dirigentes de la Unión Europea. Los noticieros daban cuenta también del enésimo fracaso de los emisarios de paz, esos seres frágiles y temerarios cuyos argumentos y buenas intenciones llevan siempre las de perder ante la solidez y fuerza bruta de las armas. Ya lo decía un amigo sabio: en cualquier litigio, ¡qué difícil es hacer entrar en razón y qué fácil ofender a quien se sabe con ventaja!