miércoles, 9 de junio de 2021

465. Frases hechas

Los idiomas están llenos de frases hechas, expresiones muy gráficas e ilustrativas, con su punto poético, que encierran una sabiduría y un sentir populares. Suelen ser uno de los aspectos más difíciles de asimilar cuando se estudia un idioma extranjero, pues con su carga metafórica requieren conocer la idiosincrasia de una cultura y, no pocas veces, del propio individuo que las utiliza. Algunas de ellas son auténticas lecciones de vida, otras un atajo para evitar largos circunloquios, otras una forma simpática de decir algo no siempre agradable o una manera de restarle gravedad a una sentencia en apariencia trascendental. Con frecuencia son expresiones que tienen una difícil traducción a otro idioma, aunque sea una lengua afín, como es el caso del gallego en: "ser lista/o coma un allo e feita/o coma un carto" (ser listo/a como un ajo y proporcionada/o y hermosa/o como una moneda). El castellano también tiene un larguísimo repertorio de este tipo de expresiones: “hacer de tripas corazón”, “dar palos de ciego”, “irse de rositas”, "dar calabazas", “caer del burro”, “perder los estribos”, “llevarse el gato al agua”, “dar vela en un entierro”, “verle las orejas al lobo”, “estar a verlas venir” y otras muchas. Una de mis preferidas es “consultar con la almohada”, pues hace referencia a un recurso muy útil para las personas que en determinadas circunstancias se nos suelen plantear muchas dudas a la hora de tomar decisiones. Actuar de forma precipitada casi nunca lo he considerado una buena estrategia (aunque en ocasiones no queda otra alternativa) y consultar con la almohada (sopesar los pros y los contras) cuando menos, y valga la paradoja, no está de más. Hace unos días recibí un regalo que no me esperaba. Son estos los regalos que más alegría y satisfacción suelen proporcionar. Un regalo en forma de almohada o cojín, que por razones varias tiene un significado muy especial para mí. Sé que a estas alturas de mi vida consultar con esta almohada no me va disipar las dudas que suelen atormentarme y sé que en demasiadas ocasiones seguiré tomando decisiones equivocadas, pero también estoy seguro de que en adelante sabré aceptar un poco mejor los reveses y las desilusiones que mis decisiones conlleven y que éstas ya no me quitarán tanto el sueño. No puede ser de otra manera, pues el cariño e ilusión que se pusieron en su confección le procuran al cojín una magia especial. Gracias Patri y Espe, de corazón.

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