martes, 27 de julio de 2010
11. ¿Imaginaciones?
Jamás imaginé que en Transilvania pudiese haber molinos de viento... ¿O eran vampiros en Holanda? Ya no me acuerdo... hace más de un siglo que disparé esta foto ...
10. Red atrapasueños
Detrás de esta ventana imagino un domitorio de paredes encaladas; un suelo de baldosines gastados; un armario de otro tiempo con evidencias de carcoma en una puerta; una cama con sábanas recién planchadas, una colcha de lino y una almohada demasiado blanda; sobre una vieja mesita de noche una lamparita sencilla, que apenas ilumina con su luz mortecina y un reloj de bolsillo de la marca Cuervo y Sobrinos con esfera de porcelana y manecillas de oro; en un rincón el galán de noche sostiene una camisa blanca con el cuello almidonado y un pantalón negro perfectamente doblado, a sus pies reposan unos zapatos también negros que desprenden un ligero olor a betún. Engarzados en las rejas intuyo los sueños de innumerables e interminables noches, truncados y marchitos; sueños de pasión e ilusión que perecieron nada más echar a volar, atrapados en la malla metálica como mariposas en una telaraña. Quien haya colocado ahí esas rejas posiblemente no sepa que a los sueños no se los puede encarcelar. Los sueños necesitan viajar, sentirse libres, expandirse por el mundo, pues sólo así es posible que alguno de ellos se haga realidad.
9. Mitologías
Debido a su incesante y caprichosa hiperactividad algunos dioses paganos ocasionalmente sufren tedio divino y estrés mitológico, por lo cual solicitan a las musas –Euterpe, Terpsícore, Erato, Urania y otras- un bálsamo que alivie sus dolencias. Entonces éstas convocan al agua, al fuego, a la tierra y al aire en un punto determinado del planeta, casi siempre elegido por su extraordinaria belleza, y disponen los cuatro elementos en proporción terapéutica. De esta manera consiguen devolver a los dioses el vigor y el entusiasmo perdidos. Cuando Euterpe y sus hermanas, en ocasiones muy contadas, permiten probar su terapia a algún humilde mortal, éste se siente dichoso y anhela vivir eternamente.jueves, 8 de julio de 2010
8. Caribe
Era una chica de proporciones perfectas: los pechos tersos, el vientre plano y unas piernas interminables. Vestía un minúsculo bikini de color verde esmeralda y estaba echada sobre la arena, la cual hacía resaltar el color canela de su piel. Se apoyaba en los codos y en una contorsión muy sensual dejaba caer la cabeza hacia atrás hasta que las puntas de su cabellera caoba besaban la arena. El mar, azul, enorme y tranquilo, la cortejaba entregado y rendido a sus pies... Precipitado y nerviosos tardé en abrir la cremallera de la mochila y sacar la cámara. La busqué ansioso con el teleobjetivo, pero ella ya no estaba. Eso me induce a pensar que se trataba de una sirena, por lo que la rabia por mi falta de reflejos es aún mayor.
7. Góndolas
Cuando el desembarco de Normandía yo aun no había nacido; cuando Ava Gardner o Marylin Monroe posaban para los fotógrafos, tampoco; cuando las barricadas en Paris o la revolución de los claveles era todavía un niño; a la caída del muro de Berlín llegué con unos días de retraso; el rayo verde de las puestas de sol se me resiste. En cambio estuve en Venecia una mañana en que una paloma madrugadora surcó el cielo gris batiendo ansiosa y frenética sus alas como si con ello quisiera despejar la niebla. ¡Qué bonita salió, la condenada! (la foto, digo, no la paloma).
martes, 6 de julio de 2010
6. Costa da Morte
5. Esto no es un espejo
4. La chica del ferry
Como suele pasar con la buena literatura, donde casi siempre es más importante lo que se calla que lo que se dice, lo mejor de esta fotografía es lo que no podemos ver; a saber, lo que la chica sentada en el banco de la cubierta de proa lleva en su regazo. Puede que sujete un bebé, huyendo de un padre-marido que no merece la pena; o una cajita de madera que contiene recuerdos de su abuela; quizás acaricie un gatito que por alguna funesta e inextricable manía está a punto de tirar por la borda con una piedra atada al cuello; también podría sostener una urna con las cenizas de su pareja, al que en su lecho de muerte prometió que las soltaría al viento en un punto determinado de la isla; a lo mejor se trata sólo de una faldriquera que contiene una estampita de la Virgen de los Desamparados, un pasaporte falso y doscientos euros, con los que espera comenzar una nueva vida en un país extraño; podría tratarse también de un paquete de hachís que intenta pasar por la aduana, camuflado dentro del vientre postizo de falsa embarazada; o un libro de quinientas páginas cuya lectura la dejó sumida en una profunda melancolía; o a saber si se trata de un revólver Colt Magnum Carry con el que juró vengar la muerte de su hermano del alma, asesinado a sangre fría por un neonazi a la salida de una discoteca. Puede ser cualquiera de esas cosas, ninguna de ellas o todas a la vez. Mas si observamos bien la fotografía no tardaremos en averiguar qué lleva la chica en su regazo.
3. Aficiones
Esta tarde mi mujer volvió a gritarnos a mi suegro y a mi
- ¡Ya está bien, collíns! ¡Tenemos dominó hasta en la sopa!
Pero yo sé que sólo era una manera de hablar.
jueves, 1 de julio de 2010
2. El toro
Nos detuvimos nada más pasar Albacete para estirar un poco las piernas y repostar combustible. Altea quedaba ya muy lejos, más de lo que indicaba el mapa de carreteras. El Mediterráneo nos había despedido al alba con un bostezo indiferente, la misma indiferencia que mostraba ahora el camarero manchego en el bar del área de servicio al servirnos los cafés. Al volver de las vacaciones uno siempre se siente un poco derrotado, nadie, insignificante - había dicho el portero del hotel la noche anterior. Pero maniobrando en el aparcamiento para retomar viaje al norte, miré al retrovisor y, como surgido de la nada, allí estaba él, firme, erguido y noble como un caballero medieval, mirándonos desde la distancia con esa expresión nostálgica de quien te echará de menos. A partir de ahí el camino de regreso a casa ya sería otra cosa.
1. Limones
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)


