lunes, 4 de noviembre de 2019

396. Pura poesía pura


Cómo celebro toparme con graffitis como el de la foto. No hace mucho me había encontrado con otro similar pintado con barra de labios sobre un cristal del Pazo da Cultura y firmado con un nombre de mujer y que rezaba (sic) “Follame sin amor, quiereme luego”. La ausencia de tildes me hizo pensar que bien podría tratarse de una joven de origen argentino o uruguayo y me recordó otra pintada que leí en un su día en un muro del malecón de Montevideo que sentenciaba: “La poesía empieza en los pezones” (por esos pagos, de amor y poesía saben un rato). Que un joven (o quizás tardoadolescente) prefiera escribir su poema de amor en la pared de la biblioteca municipal (toda una acción reivindicativa, dicho sea de paso) en vez de wasapear o tuitear el texto en las redes sociales, me parece entrañable, además de auténtico y genuino. Quizás lo vea así por pura nostalgia, por lo que tiene de vuelta al pasado, a aquel pasado cada vez más lejano, cuando se escribían aforismos, consignas políticas e insolencias para todos los gustos en los muros del instituto. Con un lenguaje sencillo, directo y preciso, sin artificios ni adjetivos pretenciosos, este poema expresa un sentimiento tal como es, puro, sincero y honesto. El error ortográfico, grave si se tratase de un ejercicio escolar, aquí es un punto a favor, le aporta humanidad al poema. Le da un plus de realidad y autenticidad (al igual que ese pequeño borrón, posiblemente fruto de la emoción al llegar al clímax poético en el viceversa). La poesía no sólo está en la excelencia lingüística, sino también en la pureza del sentimiento que transmite. Lo dicho, pura poesía pura.



PD: Suerte, Chicho, y ojalá tus deseos se vean cumplidos.

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