viernes, 13 de diciembre de 2019

400. Retrato en blanco y negro.

Se pueden dar instrucciones para un retrato, pero hay siempre un elemento inesperado (Michael Yamashita)


El blanco y negro saca la imagen del tiempo, es eterna, porque la vida es en color, y la realidad en blanco y negro (Jordi Socías)


Retrato lo que imagino, no lo que veo (Flash Blesst)


La fotografía de retrato está llena de paradojas. 

Al igual que sucede en otros tipos de fotografía (o en literatura mismo), también un retrato con frecuencia dice más por lo que omite que por lo que muestra.

Otra paradoja se manifiesta en el hecho de que a menudo para acercarse a la persona retratada, lo mejor es alejarse unos pasos.

Hay retratos que a quien realmente muestran es al fotógrafo. Y no se entienda esta aseveración en sentido literal (como puede hacer pensar la fotografía de esta entrada), sino en el sentido de que contienen un relato más completo de quien está detrás de la cámara que de la persona retratada.

Y ya puestos a divagar, el retrato permite al fotógrafo postrase de rodillas sin que por ello pierda su dignidad. Al contrario, la incrementa.

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