domingo, 10 de abril de 2022

482. Libros dedicados

Creo haber leído en alguna parte que los rasgos que definen el carácter de un individuo están marcados por las cinco personas con las que ha tenido un vínculo más intenso y/o duradero. O lo que es lo mismo, uno no es sino un collage de trozos de otras identidades. Cuando Ortega y Gasset dijo aquello de yo soy yo y mis circunstancias, creo que apuntaba un poco en esa dirección. Ningún yo es pues del todo genuino y auténtico, sino una mezcla de otros yos. Somos un simple eslabón en una cadena expuesta a los avatares del entorno en el que nos tocó vivir. No sé si esta teoría es del todo cierta, pero a mí me seduce en buena medida (se non è vero, è ben trovato, como diría Giordano Bruno). Incluso iría un poco más lejos y diría que nuestra identidad está profundamente marcada, no sólo por las personas que hemos querido, admirado, con las que hemos convivido, compartido, sufrido, por las que hemos sentido, amor y también dolor; sino también por los libros que hemos leído, las películas que hemos visto, las canciones que hemos escuchado y bailado (mal que bien), los lugares que hemos visitado, momentos que hemos vivido, buenos y malos, imágenes que hemos disfrutado, palabras que hemos escuchado y leído (y no sólo en los libros). En lo que respecta a estos últimos, aquéllos que contienen unas notas autógrafas del autor o autora, o de la persona que nos los ha regalado, tienen un significado especial, dejan una impronta más profunda. A veces incluso es más determinante la dedicatoria que el contenido del libro (o el mensaje oculto en el título). Casi diría que un libro dedicado en cierto modo no es más que una dedicatoria seguida de un epílogo. Así, un día cualquiera, no se sabe muy bien por qué suerte de azar, coinciden algunos de estos libros dedicados en un mismo lote y te muestran, como un espejo, una imagen de tu yo íntimo y particular, que si no te define de modo muy preciso, cuando menos se aproxima bastante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario