57. La duda es bella
Cuando hablamos de
safaris inmediatamente acuden a
nuestra memoria estampas de
una sabana africana salpicada de
gacelas,
jirafas,
leones,
hienas y
rinocerontes.
Mas no es
preciso viajar tan lejos. A
veces,
muy cerca de
nuestro lugar de
residencia podemos encontrar entornos con sugerentes paisajes y
una fauna visualmente muy atractiva,
que ofrecen tanto al fotógrafo profesional como al aficionado un sinfín de
posibilidades.
Convencido como estaba de
esta idea,
el pasado mes de
agosto me pasé toda una tarde intentando conseguir unas buenas fotografías de
un toro bravo que deambulaba taciturno por un campo de
naranjos.
La verdad es
que el animal imponía bastante y
yo quizás no me acerqué lo suficiente, de
ahí que el resultado final de
mi safari fotográfico no es
el que sería de
esperar (
seguramente que si Robert
Capa o
José Tomás tuvieran ocasión me lo reprocharían).
Disparé esta foto porque me pareció descubrir al toro intentando esconderse detrás del ramaje de
un árbol,
pero tampoco podría asegurarlo con certeza.
En cualquier caso,
la duda es
bella.
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