Cuandohablamos de safarisinmediatamenteacuden a nuestramemoriaestampas de unasabanaafricanasalpicada de gacelas, jirafas, leones, hienas y rinocerontes. Masno es precisoviajartanlejos. A veces, muycerca de nuestrolugar de residenciapodemosencontrarentornosconsugerentespaisajes y unafaunavisualmentemuyatractiva, queofrecentantoalfotógrafoprofesionalcomoalaficionadounsinfín de posibilidades. Convencidocomoestaba de estaidea, elpasadomes de agostomepasétodaunatardeintentandoconseguirunasbuenasfotografías de untorobravoquedeambulabataciturnoporuncampo de naranjos. Laverdad es queelanimalimponíabastante y yoquizásnomeacerquélosuficiente, de ahíqueelresultado final de misafarifotográficono es elquesería de esperar (seguramentequesi Robert Capa o JoséTomástuvieranocasiónmeloreprocharían). Disparéestafotoporquemepareciódescubriraltorointentandoescondersedetrásdelramaje de unárbol, perotampocopodríaasegurarloconcerteza. Encualquiercaso, laduda es bella.
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