lunes, 19 de noviembre de 2012

128. fotohaiku nº 7










el cielo llueve
su húmedo silencio
en tu mirada

jueves, 15 de noviembre de 2012

127. Fútbol

Últimamente la vida de muchísimos españoles no está para grandes alegrías (se salvan los grandes empresarios, los banqueros, los altos cargos del partido en el poder y algún que otro prelado de la Iglesia), pero para muchos aficionados al fútbol la esperanza en la victoria de su equipo el sábado o el domingo hace que la semana resulte menos sufrida. Con esto de la crisis somos muchos los que cuando hacemos la compra nos paramos a comparar precios, a calcular pesos escurridos y envasados o a averiguar el número de lavados que se le puede sacar a un tambor de detergente. Y mientras recorremos los pasillos del súper en busca de algún producto que esté de oferta, los futboleros solemos perdemos en ensoñaciones balompédicas: las cajas de lechugas nos parecen césped recién regado; los paquetes de bayetas, las cartulinas del árbitro; la sandía, un balón de fútbol; las mallas de naranjas las imaginamos bolsas con balones de recambio; los mangos de escoba, banderines de córner, el agujero de los donuts, puntos de penalty y la estantería de los pollos se nos antoja una grada del Bernabéu celebrando un gol de Cristiano Ronaldo de falta directa (y es que cuando uno siente unos colores se le pone la piel de gallina y todo). Lamentablemente a los que nos duele el Dépor ni en el fútbol encontramos consuelo..

126. fotohaiku nº 6









provocarán
irresponsablemente
alevosías

125. fotohaiku nº 5









soy un náufrago
con ganas de hacerme
de nuevo a la mar

124. Brotes verdes

Tenemos ministros en España que creen, mejor dicho, dicen, que la crisis económica ya ha tocado fondo, hablan de brotes verdes y proclaman que el año que viene ya comenzaremos a levantar el vuelo. Hay incluso quien va más lejos, como el recién reelegido jefe del gobierno autonómico, quien sacando pecho asegura que Galicia ha hecho a tiempo los deberes y que por eso remontará incluso antes que el resto de España. Reconoce, es verdad, que la cosa está algo parada, pero está convencido de que muy pronto empezará a recuperarse la actividad económica. Yo y otros muchos como yo miramos a nuestro alrededor y no acabamos de creérnoslo, pues sabemos que la gran mayoría de políticos españoles, y de manera muy especial los que ahora nos gobiernan, cuando hablan de actividad económica se refieren a la construcción y todo lo relacionado con el sector inmobiliario y, la verdad, nada de lo que vemos invita al optimismo. 

miércoles, 14 de noviembre de 2012

123. Becas

Hace cuarenta años, estar en posesión de un título universitario en España era un privilegio al alcance de muy pocos, sólo de aquellos que habían venido al mundo en el seno de una familia pudiente. Pero durante los años ochenta del siglo pasado, con mucha inversión y esfuerzo, el acceso a la universidad se fue democratizando y la universidad pública llegó a tener unos precios asumibles para buena parte de las economías del país. Además, los gobiernos ofrecían becas que ayudaban a sufragar los gastos que suponía pasar cinco años en Santiago, Granada o Salamanca. Y también había becas de la Unión Europea, para que además de formarte académicamente, también te formases espiritualmente entrando en contacto con profesores y estudiantes de otros países. Pero todo eso se ha venido abajo en menos que canta un gallo. De un plumazo se han eliminado las becas (a lo que hay ahora no se les puede llamar becas, pues son más bien limosnas) y se han encarecido las matrículas. Si a esto le sumamos la subida del IVA y demás impuestos, y los recortes a los sueldos de los padres (aquellos afortunados padres que aún tienen un sueldo), a ver cómo un joven de hoy va a poder estudiar una carrera en una universidad, en la que te cobran hasta por ir al baño. En Santiago, por poner un ejemplo, aquellos padres que, pensando en proporcionarle estudios superiores a su hijo o a su hija, se acercan un día de verano a ver cómo es una universidad de cerca, lo primero con que se encuentran en el campus universitario es con la estatua de D. Manuel Ventura Figueroa, quien (mirado desde un ángulo bastante malicioso) parece querer mostrarle al ingenuo visitante el presupuesto de lo que le va a costar la formación de su hijo, para que recapacite y considere si merece la pena tanta inversión para que luego, y en el mejor de los casos, su hijo acabe trabajando de guardia jurado en un casino que un mangante de Las Vegas piensa construir en Madrid o disfrazado de Bob Esponja en algún parque temático del Mediterráneo. Al paso que vamos, dentro de muy poco ya sólo estudiarán en las universidades españolas los hijos de los banqueros con sueldos blindados y de los políticos a los que el calificativo 'corrupto' les viene pequeño o los hijos de empresarios que en tiempos de crisis se mueven como peces (p.e. tiburones) en el agua. Por cierto, el tal Ventura Figueroa, un santiagués de pro que llegó, entre otros, a ejercer de arzobispo en Laodicea (en la actual Turquía) y a ser hombre de confianza del rey Carlos III, nos legó una fundación que lleva su nombre, que aun persiste y que concede becas para estudiar (a sus descendientes).

martes, 13 de noviembre de 2012

122. fotohaiku nº 4









aquel recuerdo
aun supura nostalgia
por la herida

lunes, 5 de noviembre de 2012

121. fotohaiku nº 3









es lo más fácil
-y ruin- subirse a un
árbol caído