miércoles, 14 de diciembre de 2011

70. Un lugar en el mundo

Todos tenemos nuestro lugar en el mundo, un lugar que es como un vértice geodésico espiritual desde el que podemos ver la vida con más cariño, serenidad y distancia. El trajín del día a día, los ruidos (agradables y desagradables) que nos rodean, el bombardeo de información al que estamos sometidos cada vez que encendemos la radio o ponemos un pie en la calle, nos impide pensar y reflexionar sobre nuestras vidas con la necesaria claridad. A veces creemos que estamos cerca de lograrlo, en la penumbra del dormitorio antes de dormir, circulando intermitentemente de semáforo en semáforo de camino al trabajo, paseando en bici una mañana de domingo en que hace bueno. Pero es una vana ilusión, pues casi siempre nos falta tiempo o tenemos la cabeza ocupada con preocupaciones más inmediatas. En cambio, cuando acudimos a nuestro 'lugar en el mundo' es como si acudiésemos a un encuentro con nuestro verdadero ser. Allí nos hablamos sin tapujos, nos escuchamos con interés, nos hacemos reproches, nos infundimos valor a nosotros mismos, nos aceptamos tal como somos y sale a relucir todo el conocimiento (mucho o poco) que la vida nos ha ido dando. Estos vértices geodésicos espirituales pueden estar en cualquier lugar del planeta: en la cima de una montaña, en el remanso de un río, en la copa de un árbol, en el interior de una ermita, en un puente sobre un barranco. Pero para los que somos de comarcas costeras, con frecuencia este lugar está a orillas del mar, por antonomasia ejemplo y testigo a la vez del paso del tiempo y de la inmutabilidad de las cosas. Además, una lubina veterana y desconfiada nunca es mala compañía.

69. Senderismo

El senderismo es un buen ejercicio para demostrar que la mejor manera de recorrer una distancia entre dos puntos es dando un rodeo. En el mundo en que vivimos, la rapidez e inmediatez se ha convertido en un valor añadido de las cosas, en toda una virtud. Todo hay que conseguirlo en seguida (a poder ser, sin esfuerzo), hay que llegar a todas partes en el menor tiempo posible y una vez alcanzado el objetivo, tampoco se disfruta ni del lugar, ni el momento, sino que se empieza otra carrera. Cada vez se desprecia más el camino, el trayecto (o proyecto), que con frecuencia es tanto o más interesante que la meta. Recorremos los trayectos sin pararnos a mirar lo que vamos dejando atrás, lo que nos habla y saluda a nuestro paso, sólo nos centramos en llegar. Caminando por un sendero, el trayecto se convierte en un fin en sí mismo. No es necesario llegar, ni antes ni más tarde. Lo importante es caminar y dejarse llevar, dejarse encantar por la magia del entorno. Y el éxito no consiste en llegar ni más lejos, ni antes que los demás, sino en haber visto, reconocido y disfrutado más cosas del camino que los demás.

68. Abluciones

Este señor mayor acude todos los días a hacer sus abluciones en el mar Mediterráneo. Lo hace de mañana temprano, cuando los turistas bullangueros, parlanchines y estresados duermen todavía a pierna suelta y apuran un sueño recurrente en el que ganan un premio gordo en la Euromillones, reciben un aumento de sueldo o celebran un campeonato del Real Madrid. Al igual que hacen los gurús, anacoretas y demás devotos hindúes en el sagrado río Ganges, el anciano reza sus oraciones y realiza sus abluciones sumergido en el agua agradeciendo al sol y al mar los frutos recibidos. Quienes practican este ritual pagano son personas que ya tienen una edad, pues sólo ellos saben cómo era esta tierra antes del boom del turismo, primero y de la construcción, después. Son ellos los que saben valorar las bondades del dios sol y del dios mediterráneo y son también ellos los únicos individuos conscientes de lo que sucedería si estas dos deidades dejasen de proteger a los habitantes de esta tierra. Por ello son ellos también los más legitimados para lamentar y alertar del uso y abuso que la gran mayoría de los mortales hacemos de los regalos de los dioses.

viernes, 9 de diciembre de 2011

67. Crisis

Poco tiempo después de la reunificación en 1990, Alemania se vio inmersa en una fuerte crisis económica, de la que aún queda alguna que otra secuela. Igual que el chico de la foto, fueron muchos los afortunados –de poder trabajar- que tuvieron que aceptar trabajos poco estimulantes y, lo que es peor, mal remunerados. Por nuestros lares a día de hoy la cosa pinta igual de mal o incluso peor, por lo que en los años venideros tendremos que apretarnos el cinturón y echarle mucha imaginación y mucho sacrificio para poder llegar a fin de mes. Si los alemanes tardaron tantos años en superar la crisis, ¿cuánto no tardaremos nosotros?
No sé qué habrá sido de este vendedor de salchichas del Alexanderplatz berlinés, pero ateniéndome a la estadística me atrevería a decir que hoy día tiene un trabajo decente y medianamente bien remunerado; separa los residuos orgánicos del papel, vidrio, plástico y aluminio; conduce un utilitario de segunda mano; está divorciado; veranea en Mallorca; sufre problemas de colesterol; es hincha del Hertha de Berlín y da su voto a esos políticos que proclaman que los alemanes trabajan como negros para que griegos, portugueses y españoles puedan vivir sin dar palo al agua.

lunes, 5 de diciembre de 2011

66. Mirón

Lo peor que le puede pasar a un mirón es dar con la morada de Medusa. Aún consciente del peligro que correría si sus miradas llegasen a cruzarse, su patológica curiosidad le impediría apartar la vista de la Gorgona, pues la pasión del mirón con frecuencia es más fuerte que su instinto de supervivencia. Eso explica por qué la mayor parte de las figuras petrificadas que adornan los jardines del castillo de Medusa llevan una cámara al cuello. Pues son legión los fotógrafos que, creyéndose quizás reencarnaciones de Perseo, infravaloraron la agilidad cervical de Medusa y la crueldad de su letal mirada.


lunes, 3 de octubre de 2011

65. Asociaciones maliciosas

Lo que aquí se ve en un segundo plano no es el taller de Obélix ni la verja del jardín de Pedro Picapiedra, sino una vista parcial de un edificio situado en el compostelano barrio de Vista Alegre. Si lo miramos desde la calle el complejo no llama excesivamente la atención, pero si lo miramos desde el parque que hay en la parte de atrás la propuesta arquitectónica es cuando menos sorprendente: consiste básicamente en una acumulación de grandes bloques de granito colocados de forma a primera vista caprichosa, lo cual le da al edificio el aspecto de haber sufrido un terremoto o de haber sido construido sobre los planos dibujados por un niño hiperactivo. Éste no dejaría de ser un edificio moderno más, que se prestaría a discusiones y consideraciones estéticas de todo tipo, pero se da la circunstancia de que es la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) en la capital gallega y con los escándalos que en los últimos meses van asociados a esta controvertida institución no se puede negar que la cosa tiene su gracia y que tal circunstancia se presta a todo tipo de chistes, sarcasmos y asociaciones maliciosas.

viernes, 30 de septiembre de 2011

64. ¡Menudo pájaro!

Ya son pocos, pero todavía queda algún fotógrafo de los de antes, de esos que montan sus cámaras de madera sobre un trípode y esconden la cabeza debajo de un paño de terciopelo negro cuando preparan el negativo o cuando revelan la foto. Algunos incluso montan esos decorados de mentira donde el turista, o cualquier paisano que esté de paso por la ciudad, introduce la cabeza por un agujero de la lona para dejarse retratar con la identidad de un astronauta, de un cura o del oso Yogui.
En una ciudad centroeuropea, cuyo nombre ahora no recuerdo, me encontré no hace mucho a uno de estos fotógrafos, muy viejo ya. Tenía montada su cámara al lado de un estanque, pero no para retratar turistas o paseantes, sino –vivir para ver- aves migratorias. En un momento en que el viejo fotógrafo no tenía ningún cliente que atender me acerqué a él y le pregunté por qué hacía unos encuadres tan poco ortodoxos, donde casi todo era agua y apenas se veía al pato en una esquina. El viejo muy amable sonrió y me confesó que así se lo había pedido el propio pato, pues al parecer cuando llegara a su destino en África éste quería presumir un poco delante de las aves africanas de lo bien que vivía en Europa. ¡Menudo pájaro!

63. Puertas

Hay puertas que no pueden abrirse, otras no deben. Unas puertas son sólo de entrada, otras de salida. Unas puertas conducen al paraíso, otras al infierno y outras muchas a ningún lado. Algunas puertas están cerradas, como si nos estuviese vedado traspasarlas; otras, en cambio, están abiertas de par en par y parecen invitarnos a pasar. ¿Qué fácil sería la vida (y qué aburrida) y cuántos problemas nos ahorraríamos si no nos pudiese la curiosidad que nos empuja a abrir las puertas que encontramos cerradas y no nos dominase la credulidad a la hora de pensar que desde una puerta abierta se puede ver todo lo que el interior esconde?

62. Oleaje

Dícese del ruido producido por una muchedumbre eufórica en una plaza de toros, donde los bancos del tendido son como rompeolas donde golpean los oles emocionados que un torero que desprecia el peligro arranca de las gargantas de un público fascinado. Y una vez acabada la corrida aun persiste suspendido en el ambiente el característico olor a bóvido, arena y caliqueño, aliñado para la ocasión con notas de sangre y Chanel nº5.

61. Qué más da

Nunca sabremos si el chico de la foto en la foto ríe o llora, si ríe por la noticia de portada relativa a Elvis Presley o si llora por el dolor que le produce el pie aplastándole la cara. Y tampoco sabremos nunca si el pie aplasta la revista para que el chaval deje ya de una vez de reír o porque una ráfaga de viento amenazaba con difundir la noticia del Rey del rock and roll por toda la costa de Almería. Pero, mirándolo bien, qué más da.

60. Fotografía interactiva II

A veces el poder evocador y expresivo de una sombra sirve para crear misterio, temor, desasosiego -un recurso que los cineastas del expresionismo alemán de los años 20 conocían muy bien-. Así, la sombra de una animal tan inofensivo y en otros contextos incluso símbolo de la paz o de la pureza, puede llegar a infundirnos miedo, espanto, terror. ¿Qué funesto mensaje portará ese pequeño monstruo alado en sus garras, y quién será su destinatario?

59. Fotografía interactiva I

La sombra de una figura humana posee un enorme poder evocador y expresivo, tanto o más que un buen retrato. Se trata de una figura incompleta e indefinida, una simple silueta, que el observador tendrá que completar, -crear-, interactuando con ella desde su imaginación y desde su experiencia: sus ilusiones, sus nostalgias, sus miedos. En primer lugar tendrá que dotar a la silueta de un rostro, y éste precisará una expresión, ésta a su vez requerirá un estado de ánimo, el cual será fruto de unas circunstancias, circunstancias a las que en su fuero interno el observador intentará buscar una justificación, ... y así irá dando forma y sentido a las siluetas, creando su propia imagen, su propia historia. Y en la retina de cada observador el reflejo de la figura humana, o lo que es lo mismo, de la fotografía, será diferente y habrá tantas fotografías distintas como observadores.

lunes, 26 de septiembre de 2011

58. Abuelo

Testigo de casi todo un siglo de historia, superviviente de dos guerras, tres posguerras y cuatro períodos de paz, fue además un viajero curioso y entusiasta, un caminante incansable y un conversador de verbo fácil y ameno. Como inventor y artista fue un incomprendido, pero en cambio sí fueron reconocidos su destreza y su ingenio como artesano.
Cuando se hizo esta foto él ya había visto al jinete negro merodear por los alrededores de su casa, por eso su mirada ya no tenía el brillo y la expresión de su cara la alegría que le eran propios.
Como abuelo fue un hombre sabio, orgulloso y recio como un roble. Un roble cuyas ramas siguen ofreciendo sombra en días de sol y abrigo cuando llueve.

viernes, 23 de septiembre de 2011

57. La duda es bella

Cuando hablamos de safaris inmediatamente acuden a nuestra memoria estampas de una sabana africana salpicada de gacelas, jirafas, leones, hienas y rinocerontes. Mas no es preciso viajar tan lejos. A veces, muy cerca de nuestro lugar de residencia podemos encontrar entornos con sugerentes paisajes y una fauna visualmente muy atractiva, que ofrecen tanto al fotógrafo profesional como al aficionado un sinfín de posibilidades. Convencido como estaba de esta idea, el pasado mes de agosto me pasé toda una tarde intentando conseguir unas buenas fotografías de un toro bravo que deambulaba taciturno por un campo de naranjos. La verdad es que el animal imponía bastante y yo quizás no me acerqué lo suficiente, de ahí que el resultado final de mi safari fotográfico no es el que sería de esperar (seguramente que si Robert Capa o José Tomás tuvieran ocasión me lo reprocharían). Disparé esta foto porque me pareció descubrir al toro intentando esconderse detrás del ramaje de un árbol, pero tampoco podría asegurarlo con certeza. En cualquier caso, la duda es bella.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

56. Pónmelo (para regalo)

Pónmelo para regalo” – eso es lo que parece haber dicho ese multimillonario americano que desea hacerse con la Torre del Reloj de la catedral compostelana para colocarla en su rancho de Texas. Y en esta ocasión los responsables del cabildo catedralicio no han querido cometer los mismos errores que con el Códex Calixtino y están haciendo las cosas como Dios manda.
¿O será que la Iglesia por fin ha decidido, no sólo bendecir el uso de los condones, sino sumarse también a las campañas de promoción de estos profilácticos y anticonceptivos?


jueves, 8 de septiembre de 2011

55. Moáis

En Filgueira, una aldea perteneciente al municipio de Cerdedo (Pontevedra) se encuentra la Eira da Hermida (Era de la Ermita), un conjunto arquitectónico formado, como no podía ser de otra manera tratándose de Galicia, por una iglesia, un cruceiro y varios hórreos. Para llegar allí hay que tomar un desvío en la carretera que va de A Estrada a Forcarei, y se accede al lugar a través de una carretera estrecha que atraviesa un pequeño bosque de robles lo que le da a uno la sensación de viajar por un túnel del tiempo. Una pequeña iglesia consagrada a la Virgen de los Remedios, situada en un altozano desde el que se puede disfrutar de unas preciosas vistas a un frondoso valle, está rodeada por doce hórreos, en los que otrora muy posiblemente guardaban las patatas, el maíz o el trigo que los devotos de la comarca ofrecían en pago por los favores divinos recibidos y que el cura párroco, gestor delegado de los negocios divinos en la tierra, tenía a bien administrar como mejor convenía a él y al obispo. Los hórreos, que parecen figuras hieráticas de devotos creyentes, están orientados al norte como si estuvieran esperando la llegada de un mesías o una nave extraterrestre. Su ubicación y disposición sugiere algo mágico, misterioso y en cierto modo recuerdan a los moáis de la Isla de Pascua, esas enormes figuras de piedra que otean el horizonte como centinelas hipnotizados por no se sabe que invisible y poderosa fuerza.

lunes, 5 de septiembre de 2011

54. Escaleras

En muchos ámbitos de la vida -en el deporte, en los negocios, en el mundo del arte o de la empresa, por poner sólo un par de ejemplos- es más difícil bajar que subir. Para ascender se precisa sólo constancia, una pizca de fuerza y un poco de sacrificio. Sucede como con las escaleras: subir resulta fácil, cada peldaño superado es una pequeña victoria, un éxito que nos estimula a continuar subiendo. Un estímulo que no se verá frenado hasta alcanzar el último escalón -una vez allí puede que nos sintamos defraudados: sufrimos “mal de altura”, no soportamos la soledad, nos agobian las compañías no buscadas o las vistas no son como esperábamos-.
Bajar, en cambio, es más difícil y peligroso; requiere cierto talento, mucho amor propio y, por qué no, también clase y sentido del humor, virtudes éstas que no todos los mortales poseemos, por lo menos en su justa medida. Pocos son los que saben mantener la compostura y la cabeza erguida al bajar de nivel. Sólo aquéllos que en su día se mostraron magnánimos y humildes en la victoria y después demuestran dignidad y entereza en la derrota son capaces de despertar admiración y respeto cuando les toca bajar. Y es que ya lo dice el refrán: “dime cómo desciendes por una escalera y te diré de qué pie cojeas”

53. Sin título

Las manifestaciones artísticas del hombre no conocen límites, ni en el fondo ni en la forma, pues los universos en los que vive y se desarrolla el ser humano son también infinitos. Sirva como ejemplo esta instalación sin título expuesta en el puerto de Malpica (A Coruña) el 25 de julio del 2011. A mi la instalación me parece una obra maestra.

52. Perros son amores

Son muchos los adelantos de la civilización y mucho el progreso llegados a España procedentes de Europa, y no pocas veces a través del Camino de Santiago -el gótico, el turismo o, más recientemente, el gore-tex, por citar sólo un par de ejemplos-. De lo último que nos ha llegado o, mejor dicho, nos está llegando de allende los Pirineos es el respeto por los animales. Creo que es por eso que los perros de espíritu libre que pululan por los pueblos y aldeas de España por los que discurre la ruta jacobea reciben a los peregrinos con tan efusivas y sinceras muestras de cariño.



Fotografía premiada con el 4º accésit en el II Concurso de Fotografía organizado por la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago, 2001

jueves, 7 de julio de 2011

51. Protagonistas en Sabucedo

La rapa das bestas, esos encierros de caballos salvajes en los curros (ruedos) para marcar y cortar las crines a los equinos, son un espectáculo impresionante y muy genuino. Ahí los chicos del pueblo, y de un tiempo a esta parte también las chicas, tienen la oportunidad de poner en práctica su valor, su fuerza y su destreza para doblegar a los caballos que viven todo el año en los montes de la comarca. Está claro que son ellos y ellas, los llamados aloitadores y aloitadoras, los protagonistas de estos festejos y los equinos son meros comparsas. Pero como tantas veces sucede entre los humanos, también entre los animales de cuando en vez surgen individuos que no se resignan a un papel secundario y reclaman un lugar más digno e importante en el teatro de la vida. Así lo pudimos comprobar los que asistimos al último curro (encierro) de Sabucedo (Pontevedra) el pasado 4 de julio, donde una yegua sintiéndose protagonista posó coqueta para cuanto fotógrafo quiso inmortalizarla con su cámara. Incluso apretujada entre el resto de la manada y cuando un aloitador se afanaba en inmovilizarla ella supo sacudirse con elegancia las crines de los ojos y miró a la cámara con sus ojos negros tan seductora e inquieta que ni la mismísima Ava Gardner.

50. Torre de Babel

Desde que empezó el verano a Compostela llegan casi a diario autocares cargados de turistas-peregrinos procedentes de todos los rincones del mundo. Llegan ansiosos por abrazar la imagen del Apóstol, por dar con la cabeza contra varios pilares de la catedral, por introducir o colocar la mano en cuanto hueco encuentran dentro del templo y por terminar la ceremonia dejándose hipnotizar por el vuelo del dragón de incienso. Luego habrá tiempo para cumplir con otro ritual, esta vez pagano (lo de pagano es porque cuesta dinero), que consiste básicamente en comer pulpo, comprar una gaita de juguete y, sobre todo, un décimo de la lotería nacional (por si al Santo se le diese por gratificar la fe y esfuerzo de sus huéspedes-peregrinos). Muchos de esos viajes organizados con lo primero que se topan nada más llegar a Santiago es con la torre de Babel, lo cual, como se puede apreciar en la fotografía, no lo digo en sentido figurado. De todos modos, a pesar de la confusión lingüística que se produce en muchos encuentros entre aborígenes y peregrinos las operaciones comerciales (paganas) casi siempre se cierran correctamente. Como mucho puede que un mesonero se equivoque cobrando de más o que un peregrino, como recuerdo, se lleve sin querer una taza de vino en el bolsillo.

49. Burka

Cuando oímos hablar de burka inmediatamente se nos vienen a la memoria Afganistán y los talibanes. Mas si mirásemos atentamente a nuestro alrededor nos podríamos llevar más de una sorpresa al comprobar el elevado número de mujeres que lucen un burka invisible, y que con frecuencia ni ellas mismas son conscientes de que lo llevan. No resulta fácil descubrir a primera vista esos burkas invisibles, pero a mí se me dio esa oportunidad una mañana de mayo muy temprano. Qué suerte que llevaba la cámara conmigo. Y mientras disparaba la foto una voz muy suave me susurró al oído: “aunque no podáis vernos, por lo que más queráis, no dejéis de mirarnos”.

Foto ganadora del tercer premio en el II Certamen de fotografía "Ruth Matilda Anderson", organizado por la USC en mayo del 2011.

martes, 28 de junio de 2011

48. La mirada de Sorolla

Pronto hará un siglo que el genial Joaquín Sorolla estuvo por Galicia buscando escenas para las estampas costumbristas que le había encargado la Hispanic Society of America de Nueva York. De aquella visita dan fe un par de cuadros en los que podemos admirar pinares, robles o una típica romería con vacas y gaiteros. El estilo pictórico de Sorolla no llegó a crear escuela en el país de la lluvia, del pulpo y de la muiñeira, pero sí dejó huella. Si no en la manera de pintar el paisaje, sí en la forma de mirarlo.

martes, 21 de junio de 2011

47. Intrusa

En fotografía no siempre es uno quien encuentra el objeto, sino que a veces es este último quien elige al fotógrafo. Eso es justo lo que me sucedió en esta toma, en la que yo pretendía fotografiar una torre de la iglesia de la universidad recortada sobre un cielo excepcionalmente azul para lo que estamos acostumbrados en Santiago de Compostela. Pero una farola, seguramente conocedora de mi predilección por ese tipo de mobiliario urbano se dijo ¿y por qué a mi no?, se plantó delante de la cámara, interfirió en el enfoque y posó con todo el descaro del mundo. Cuando me di cuenta ya era tarde y he ahí el resultado.

46. Mundos paralelos

En Cuba conviven dos mundos paralelos, coexisten revolución y dictadura, capitalismo y comunismo, ateísmo y religión, modernidad y tradición, eficacia e inoperancia, abundancia (de recursos) y escasez (de medios). Conviven en desharmonía un mundo de optimismo e ilusión y otro mundo pesimista y frustrante. Si partimos esta fotografía en dos partes veremos reflejados esos dos mundos paralelos: a la izquierda un coche de otro tiempo achacoso e inmóvil, estacionado junto a un edificio que necesita urgentemente ser saneado. La izquierda (geométricamente hablando, se entiende) es aquí una zona de sombras y carencias. La derecha, en cambio, es una zona de luz y movimento, donde la parte más iluminada es el capitolio, edificio que otrora acogió al parlamento, lugar por antonomasia donde se fundamenta todo progreso social. Un par de coches y camiones de los de ahora circulan por una calle semidesierta, probablemente trasladando a algún turista u hombre de negocios a una cita, o transportando mercancías objeto de una operación comercial que generará un beneficio económico al estado, a una empresa y a unos trabajadores. Siguiendo la línea invisible que separa esos dos mundos camina como una funambulista una joven cubana. Parece ensimismada y en cierto modo preocupada, probablemente no sepa todavía por donde tomar una vez llegue a nuestra altura, si a la izquierda o a la derecha. O quizás sí.

45. Manzanaranjas

Desde que regresó del País de las Maravillas, la hoy vieja Alicia mantiene secretamente un singular y sorprendente huerto en la trasera de su casa. Lo descubrí en mi último viaje a Oxford el verano pasado, época del año en que, según Alicia, maduran los batatamarindos, los espinacaquis, las fresandías, las limaracuyás, los lombardátiles, los pomelocotones, los pimientomates, los berenjenabos, los remolachampiñones, los acelgarbanzos, las calabazanahorias, el cebollapio, el boniatomillo o el jenjibrécol. Con mucha suerte y habilidad pude fotografiar una manzanaranja de ese huerto justo antes de que la anciana, extremadamente celosa de su secreto, la cogiese para esconderla en la despensa. Dado que Alicia no posee conocimiento alguno de genética creo que la existencia de ese huerto es una prueba irrefutable de que su fantástico viaje fue real y no una ficción fruto de la fantasía de Lewis Carroll.

martes, 7 de junio de 2011

44. Fenómeno paranormal

El pasado día 22 de mayo se celebraron elecciones municipales en todo el territorio nacional y autonómicas en algunas comunidades -entre éstas, y sólo por poner el ejemplo que me pilla más cerca, la Comunidad Valenciana–. Después de cenar me disponía a endulzar el paladar con una pieza de fruta mientras me iba enterando a través de la radio de cómo evolucionaba el escrutinio de los votos, cuando al pelar un plátano me llevé un tremendo susto: en vez de la pulpa sabrosa, tersa e inmaculada característica del popular fruto canario me encontré con un chorizo pringoso -o debería decir pringado- y de rancio tufillo. De esto ya hace casi dos semanas, pero el mal cuerpo que se me puso entonces aun perdura y, además, desde ese día mi casa huele a charcutería y está llena de moscas, una de las cuales tengo todo el día rondándome detrás de la oreja. Algo me dice que de un modo u otro los resultados de las elecciones autonómicas y este fenómeno paranormal están relacionados.

43. Una idea genial

Cuando en medio de una reunión de trabajo, -en pleno brainstorming, como se dice ahora-, se te ocurre una idea genial, justo en ese preciso instante y sólo durante unas milésimas de segundo, tu cerebro debe parecerse bastante a un búcaro de flores y la idea genial a una flor singular. Entonces un sentimiento de felicidad y satisfacción iluminará tu rostro, lo que será interpretado por algún mal compañero como señal y evidencia de que eres gilipollas. O eso creo.

42. El espíritu de Dalí

Si vas a pasar unos días a la provincia de Girona, es decir, si visitas Cadaqués, Port Lligat y te entran ganas de pintar; si viajas por los pueblos de la campiña y la forma de hablar de los payeses te resulta familiar y extraña a la vez; si te bañas en el Mediterráneo en una cala casi inaccesible y el mar te huele a coco, pa amb tomaca y escalivada; si te sorprende una tormenta de verano a orillas del Ter y no te importa mojarte; si te das un paseo por la zona monumental y te vienen ganas de entrar en una librería de las de siempre; si al caer la noche sobre la capital el cuerpo te pide unas copas de tinto del Empordá; si miras la hora y ves como el reloj se te escurre por el brazo como si estuviera hecho de crema catalana; entonces es que has sido tocado por el espíritu de Salvador Dalí. Suena surrealista, lo sé, pero es absolutamente real.

miércoles, 18 de mayo de 2011

41. Siesta nacional

Hace unos días tuve una pesadilla. Soñé que era verano, fumaba un puro, me servía otra copa de anís y leía las críticas taurinas, que más o menos rezaban así:

Segunda corrida de feria. Lleno. Seis toreros de la camarilla de Currito el Pendenciero, correctos de presentación, descastados y nobles; algo blandos el segundo y el tercero.
Primero: (blanco y oro) 1,78, moreno, nariz aguileña, adúltero y amante del lujo. Segundo: (blanco y oro) 1,80, moreno, piernas ligeramente encorvadas, patillas de bandolero y mujeriego. Tercero: (grana y plata) 1,69, rubio, orejas de soplillo, ludópata y asiduo de los clubs de carretera. Cuarto: (grana y plata) 1,79, castaño, hombros caídos, rencoroso y alérgico a la penicilina. Quinto: (blanco y oro) 1,86, moreno, mentón salido, unicejo y muy buena gente. Sexto: (oliva y oro) 1,77, castaño, leve cojera en la pierna izquierda, amanerado y altivo.
Verbenero: dos volteretas y descabello (silencio); pisotón y media cornada (aplausos).
Sanguinario: tres pinchazos y descabello (silencio); dos pisotones y doble voltereta (ovación y pañuelos).
Fogoso: revolcón y cornada alta (ovación); voltereta y descabello (pitidos).
Tarde ideal para la práctica del toreo, la banda de música, impecable, ensalzó los mejores envites con compases precisos y virtuosos. Los tendidos llenos de colorido y un público muy crítico y entendido que pidió dos orejas en el tercero y el indulto para el quinto de la tarde, que a la postre fue concedido, siendo devuelto el unicejo a los vestuarios conducido por los miembros de la camarilla de Currito bajo la correspondiente ovación del respetable.


Al despertar lo comenté con mi mujer y ella me recordó que ya me lo había advertido, que lo de echarse la siesta con el televisor encendido no era bueno.

40. Casas encantadas

Hay algunas farolas en la Alameda que durante el día no son visibles y únicamente las podemos ver cuando se pone el sol, y sólo en noches de luna llena. Y es que en realidad non son farolas, sino ventanas de casas encantadas e invisibles. Si nos plantamos delante de una de ellas y miramos a la ventana con detenimiento, más tarde o más temprano comprobaremos que dentro de esa casa invisible hay vida y veremos pasar sombras de seres ocupados en tareas propias de un hogar, como llevar una prenda al armario ropero, coger un libro de la estantería, pasar una escoba al suelo, dar un pellizquito en una nalga a tu pareja o acercarse fugazmente a la ventana para ver que ha sido ese ruido ...
La última vez que me paré delante de una de estas casas encantadas me pareció ver unas sombras con un perfil un tanto peculiar, como si perteneciesen una a un torso masculino muy velludo, cuya cabeza estaba coronada por dos pequeñas protuberancias a la altura de la frente y otra a un cuerpo femenino desnudo y muy estilizado cuya espalda adornaban unas grandes alas de mariposa.

lunes, 25 de abril de 2011

39. Coquetería

Desde que se erigió el edifico acristalado al lado de la iglesia, sus dos torres, a fuerza de verse reflejadas en los espejos, han descubierto el lado fashion de la vida. Se han vuelto presumidas y no paran de mirarse, de hacer poses, un juego frívolo que cada día les gusta más. Incluso ha surgido entre ellas una cierta rivalidad, sana, al principio. Y por si eso fuera poco, para disgusto mayúsculo y franciscano del abad, ahora casi todos los turistas prefieren fotografiar la coquetería reflejada en los espejos en vez de la monumentalidad y la austeridad del propio edifico religioso.

38. Camino

Las zarzas te ofrecen sus bayas silvestres, una hermita su fecundo silencio y el arroyo, un fugaz remanso de paz. Descubres en los prados tus verdes preferidos y el placer de una siesta a la sombra de los castaños. Un asno solitario te saluda con su canto lastimero y el sendero te señala el poniente con sus sombras alargadas.














Evaluación del test de Rorschach (entrada 35)
1) Necesitas gafas
2) Deberías dejar los coleccionables de piedras y minerales
3) Tu dieta es demasiado pobre en hidratos de carbono
4) ¡No vulvas a tocar el género en la frutería!
5) Puede que tengas talento para la fotografía
6) Tienes la mirada sucia, pero eres inmune a la homofobia
7) No tienes puñetera idea de lo que cuesta esculpir la piedra

37. Rodarán cabezas

La frase “rodarán cabezas”, tan manida en algunos libros de historia y en la pluma de muchos columnistas exaltados, es en la mayoría de los casos sólo una metáfora, una manera de hablar. No obstante, la realidad a veces propicia situaciones e imágenes que convierten esa metáfora y esa manera de decir en una advertencia, primero y en una evitable y desgraciada circunstancia, después.

36. Una rosa es una rosa

La mañana del segundo día de vacaciones en la costa levantina un profesor de literatura –y escritor- vuelve de comprar la prensa y el pan para el desayuno. Camina por la acera de la urbanización bajo un sol que unas horas más tarde hará subir el mercurio de los termómetros por encima de los 30 grados. A través de la alambrada que protege una casa vecina asoman dos rosas rojas. Al observar que el veraneante lleva una cámara al hombro una de las flores se abre y riza sus pétalos para, evocadora, segura de si misma y presumida, dejarse hacer. En aquel mismo instante una fotógrafa que vuela, por motivos profesionales -clase turista, asiento 34F-, de Madrid a Berlín en un vuelo regular de Iberia subraya en la biografía de Gertrude Stein que se compró una hora antes en el quiosco del aeropuerto la frase “una rosa es una rosa es una rosa”.

viernes, 15 de abril de 2011

35. Test de Rorschach

Si últimamente te sientes raro/a o notas trastornos en tu personalidad, por muy leves que estos sean, quizás este test te ayude a averiguar qué te pasa. Es muy sencillo, simplemente tienes que decir qué ves en la imagen (puedes marcar más de una respuesta hasta un máximo de tres). 1) unas manchas claras sobre un fondo oscuro 2) una roca con una morfología caprichosa 3) un helado de vainilla de dos bolas 4) un melocotón 5) las nalgas de una sirena que ha perdido su cola de pescado 6) dos calvos dándose un beso de tornillo 7) un boceto desechado por un escultor

(la evaluación de tus respuestas la puedes encontrar al final de la entrada 38 "Camino")

miércoles, 9 de marzo de 2011

34. Metafotografía

Esta imagen muy bien podría aparecer en las páginas de cultura de un periódico local acompañada de un texto que rezase más o menos así:
En la tarde de ayer fue inaugurada la exposición retrospectiva del multifacético artista plástico Óscar Sauce Soturno, corriendo el discurso inaugural a cargo de la afamada cantante lírica, Sarah Leándrez, quien con una puesta en escena muy original, en una de sus ya habituales performances, hizo una presentación muy concisa, acertada y precisa tanto del artista como de la obra expuesta. La muestra abarca cincuenta fotografías en blanco y negro, de las cuales cuarenta y nueve son retratos de personas anónimas de espaldas a la cámara –de ahí lo de retrospectiva- y un único retrato frontal. Los asistentes a la exposición podrán, además de disfrutar de la exposición en si, participar también en un original concurso que consiste en averiguar a cuál de los retratos retrospectivos corresponde el único rostro, para lo cual deberán depositar a la salida una tarjeta con la respuesta, su nombre y un teléfono de contacto. De este modo, la visita a esta muestra fotográfica se convierte en un evento interactivo, en el que el espectador no es un mero elemento pasivo, sino que asume un rol muy activo y determinante. Como premio, el ganador, o los ganadores, recibirán un ejemplar firmado del superventas “Fotografía con teleobjetivo: ¿el tamaño importa?”, obra también del propio Sauce Soturno”.
Mas no es este el caso.

33. Cita a ciegas














Ella - ¿Estás seguro de que habíamos quedado aquí?
Él - Segurísimo.
Ella - A lo mejor hemos llegado demasiado temprano.
Él - Que va, ya pasan tres minutos de las doce.
Ella - ¿Qué haces?
Él - Intento leer lo que pone en una placa de bronce que hay aquí en la
pared.
Ella - ¿Qué pone?
Él - A ver, “Es-t-aob-raf-ue-ina-u-gur-ad... Esta obra fue inaugurad...”
Ella - ¿No pone nada más?
Él - No, el texto acaba en puntos suspensivos.
Ella - Oye, a mí me parece que aquí no hay un alma. Esto está más vacío que
la hucha de un mileurista.
Él - Lo mismo pienso yo. Y esto empieza a darme mala espina, pues de
normal el padre Olegario suele ser puntual como un reloj suizo.
Ella - Tienes razón. Teníamos que haberle pedido al taxi que nos esperase.
Él - Ya, ...

Continuará... (si hay dinero)

32. Pesadilla en 3D

Esta ondulación arquitectónica, a pesar de su belleza estética, me produce una cierta desazón, incluso miedo. Pienso que en cualquier momento va a aparecer en la cresta de la ola una pandilla de políticos populistas, embutidos en trajes que les vienen cuatro o cinco tallas demasiado grandes y con sus gorras de béisbol colocadas del revés, rodando salvajemente por la rampa en sus monopatines de marca. Y temo que alguno de ellos, el más torpe seguramente, salga despedido de la pantalla del ordenador y, como en una pesadilla en 3D, se la pegue contra mi cara.

31. Inquietante sombra

Una inquietante sombra se cierne sobre la ciudad, que nada bueno augura a los vecinos. De las farolas penden cabezas decapitadas con la mirada oculta tras un antifaz. Nadie es quien de ponerle rostro a la sombra, nombre tampoco, y mucho menos de hacerle frente: el miedo, la cobardía y la ansiedad han ido apoderándose paulatinamente de los ciudadanos, incluso de los más valientes.

30. En otoño

En otoño es cuando fermenta el vino nuevo, cuando se desempolva la ropa de abrigo, cuando el olor a castañas asadas inunda las calles de la zona vieja, cuando los estudiantes universitarios traen vida a la ciudad, los jubilados le dan sentido al parque y los árboles contemplan sus canas en el estanque.

29. A la luz del día

En las distancias cortas y a plena luz del día no se pueden ocultar las taras, defectos e imperfecciones, pero a veces el sol con su luz esculpe y moldea los objetos con tal maestría que convierte esas imperfecciones en algo bello.

28. Sexto sentido

Los bajitos hemos desarrollado una especie de sexto sentido que nos permite, a poco que nos concentremos, adivinar lo que hay al otro lado de un muro. Así, para hacer una buena foto, nos basta con estirar bien los brazos por encima de la cabeza, orientar intuitivamente el objetivo y presionar el disparador de la cámara. Y después, al ver el resultado, casi siempre acabamos exclamando ¡lo sabía!

miércoles, 9 de febrero de 2011

27. Exclusión

Muchas veces la belleza, el orden y la armomía del conjunto nos impiden ver casos flagrantes de xenofobia, racismo, insolidaridad o cualquier otra forma de exclusión social.

lunes, 7 de febrero de 2011

26. Escalera de color

En cierto modo la fotografía es como el póquer, pues con mucha frecuencia ligar una buena jugada es como capturar una buena instantánea: en ambos casos el resultado final casi siempre es fruto de una buena estrategia, mucha intuición y una buena dosis de suerte. Y tanto el fotógrafo como el jugador de póquer saben cuando acaban de capturar una buena imagen o de ligar una buena jugada, antes incluso de que el primero tenga la oportunidad de ver la fotografía en el laboratorio de revelado o en la pantalla de la cámara digital o que el segundo le levante la solapa a los cinco naipes. El fotófrago sabe en seguida que acaba de hacer una fotografía irrepetible y el jugador de póquer que su doble pareja es una jugada ganadora; es algo instintivo, se intuye. Por ello pienso que ‘escalera de color’ es un título muy apropiado para esta fotografía.

martes, 1 de febrero de 2011

25. Estimado amigo

Estimado amigo pedante, osado opinador y crítico sin criterio:

tal como le había prometido, he aquí una fotografía que he rescatado de su subconsciente, de una carpeta en la que ponía ‘desmemoria’. La foto no se la he hecho yo, aunque muy bien pudiera haber sido obra mía, pues puede ser leída, entre otras, con una sintaxis cubista (no irá a negarme una cierta autoridad para hablar de ello). Ese busto de dos caras puede ser interpretado como una metáfora del ángel y el demonio que todos llevamos dentro; de esa dualidad de personalidades que tan bien refleja la historia de Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Pero también podría simbolizar la falsedad de las cosas que no son lo que parecen, como los políticos corruptos, los amantes infieles o los idiotas con pose de intelectuales. Pero no es mi intención hacer aquí leña del árbol caído, por lo menos no más de la estrictamente necesaria, y por ello quisiera añadir que esta fotografía también puede ser interpretada como una alegoría de esos momentos que todos tenemos en algún momento de nuestras vidas, en los que, sin saber cómo ni por qué, no nos reconocemos en la imagen que de nosotros muestra el espejo. En cualquier caso y volviendo al asunto que nos ocupa, respeto su derecho a pensar y opinar lo que le venga en gana y, por si le sirve de consuelo, le confieso que he leído cosas sobre mí y mi obra bastante más pedantes y osadas que las que ha vertido usted en el comentario a la fotografía 19 (¡vaya si las he leído!).

Un cordial saludo,
Pablo Ruiz Picasso

martes, 18 de enero de 2011

24. ¡Qué barbaridad!

¡Qué barbaridad! Acabo de leer el comentario de la foto número 19 y me he quedado de piedra. Anonadado por los comentarios vertidos por un aprendiz de crítico de arte. Qué gran verdad, esa que dice que el atrevimiento y la ignorancia van de la mano. - ¡Qué sabrá usted, pedante y pretencioso, de lo que yo pensaba o dejaba de pensar; de lo que yo veo o dejo de ver en aquella fotografía; de lo que percute o repercute en mi cerebro! ¿Qué le parece, so mindundi, si un día de estos cuelgo en su blog una fotografía suya, una en la que no salga usted especialmente agraciado, y aprovecho para darle un repaso y ponerle en tu sitio? Incluso si la foto fuese en blanco y negro podría sacarle los colores y, por supuesto, las ganas de meterse en camisas de once varas.