Este lunes por fin apareció el otoño en Galicia, revoloteando remolón por encima del Atlántico. Nunca antes el mal tiempo había provocado tanta alegría por estos pagos. Lástima no haber llegado un día antes, sólo un día, en ese caso el domingo no hubiese sido un día de fuego y muerte.
Las certezas y las verdades absolutas no existen, todo es una cuestión de puntos de vista. Lo que está pasando en Cataluña es una buena muestra de ello.