La
idea inicial de esta fotografía era plasmar en imágenes la ancestral fobia que
tantísimos seres humanos tenemos a los ofidios. Y aunque no del todo
satisfecho, en un principio, ingenuo de mí, creí que en buena medida lo había
logrado. Pero bastó un pequeño paseo por el campo, acudir un par de veces a
dejar la basura en el punto de recogida y ojear tres o cuatro periódicos y
comprobar en qué estamos convirtiendo el planeta, para que la foto
adquiriese un significado totalmente distinto. Lo que ahora veo es todo un
manifiesto ecologista.
martes, 23 de diciembre de 2014
229. Yoga gastronómico
Este
plato, como sucede con la lectura de una buena novela, es como un viaje que
habrá de ser realizado despacio, disfrutando cada capítulo, sin prisas, pues
aunque puedas pensar lo contrario, cada guisante es único e irrepetible: el
primero puede que tenga la piel ligeramente arrugada, por lo que cierras los
ojos y crees estar saboreando una uva pasa; el segundo quizás tenga una textura
más suave, pero consistente, y sepa a hinojo mojado en Albariño; el tercer
guisante, es posible que en sabor y textura te recuerde a un champiñón crudo;
el cuarto, no se puede descartar que tenga un sabor excesivamente dulzón, para
tu gusto; el quinto, que según los taurinos nunca es malo, quizás se te resbale y eche a rodar por el mantel, recuerdo de Guatemala, y acabe en
el suelo, al lado de la pata de la mesa en la que descubres, mira tú de qué manera, unas
salpicaduras de licor café, haces cábalas de cómo pudieron llegar hasta allí aquellas
manchas, tu memoria tarda un poquito en arrancar, pero enseguida recuerdas y
sonríes, menuda fiesta; te incorporas no sin antes golpearte la nuca contra la
esquina de la mesa; como consuelo te concedes un segundo sorbo de vino mientras
en la radio alguien canta like a rolling stone y tu viaje en el tiempo
continúa, y te ves surcando el cielo cual Baron von Münchenhausen montado en un
enorme guisante y desde lo alto ves la cara de tu sobrino, asombrado y curioso,
aquel día en que le explicaste con detalle como se preparan los guisantes rellenos de atún en
salsa de tomate; llegado al séptimo guisante ya has adquirido una cierta
destreza con los palillos y es difícil que se te vuelva a caer otro; celebras
tu habilidad y también que el tinto Mencía y los
diferentes guisantes mariden tan bien, cuando el trino de un pajarito anuncia la
entrada de un wasap; ¿qué haces?, preguntan; yoga gastronómico, o algo así,
respondes.
227. Mal abrigo
Esta mañana
han venido unos señores con casco y palos, parecían muy enfadados. Pegaron a mi
amo y la ama gritaba como una loca; Pedrito, Susanita, Miguelito e Isabelita
lloraban mucho; la abuela sólo miraba al suelo, no decía nada y temblaba de
frío. El amo se lastimó al agarrarse a la puerta. Había mucha gente al otro lado de la calle gritando y diciendo palabras feas a los señores del casco y los
palos, pero nos han sacado de casa igualmente. Los amos, la abuela y los niños
se han ido en una furgoneta, no sé a dónde. Yo llevo aquí todo el día al
abrigo de este banco, esperando a que vengan a recogerme antes de que anochezca,
que mañana es Nochebuena y me gustaría ladrarle Feliz Navidad a Isabelita.
martes, 11 de noviembre de 2014
226. Parejas
Es
reconfortante comprobar que existen parejas que, pasado el tiempo,
siguen unidas, queriéndose y soportándose; que a lo largo de los años han
sabido, quien sabe si por suerte o por habilidad, acoplarse de modo que las
aristas de uno no lastimen al otro, y que se ayudan mutuamente a sobrellevar el
paso del tiempo, ese ponderable que nunca avanza al mismo ritmo para todos y
siempre corre más de lo que uno quisiera.
Fotografía: Carmen Cunqueiro Suárez
Fotografía: Carmen Cunqueiro Suárez
miércoles, 5 de noviembre de 2014
225. Desafecto
Lo que está pasando con Cataluña recuerda un poco a una crisis de pareja, donde una parte piensa que no hay más solución que el divorcio y a la otra no se le ocurre nada mejor que esgrimir la indisolubilidad del matrimonio y argumentos del tipo: “¿adónde piensas ir, si tú sin mi no eres nadie? Y en medio del ruido, los hijos, que no tienen culpa y siempre se llevan la peor parte. En el fondo entiendo a los catalanes, pues con todo lo que está pasando en España y con el gobierno que tenemos dan ganas de huir a donde sea. De hecho, estoy convencido de que el gran desafecto que los catalanes sienten por España en buena medida se debe a la incompetencia y la forma tan reaccionaria y miserable de hacer política que tienen los políticos que ahora nos gobiernan (y tenían, cuando aún estaban en la oposición). En cualquier caso, la situación es bastante confusa y no resulta fácil hacerse una composición de lugar, pues en el bando de los descontentos tampoco todo resulta comprensible y quien se decía radical, a estas alturas del partido parece el más razonable y el que se creía moderado ahora se muestra más impetuoso. En fin, sólo espero que la jornada del próximo domingo, 9 de noviembre, en Cataluña todo discurra dentro del clima de civismo que ha imperado hasta ahora, y a los catalanes les pido un poquito más de paciencia, pues estoy convencido de que pronto vendrán mejores tiempos e interlocutores para un diálogo más productivo,
224. El cielo y la tierra
Los
habitantes de la tierra miran con atención, inquietud y santa envidia a los
residentes en el cielo. Estos a su vez vigilan a aquéllos en silencio, quietos
y muy atentos, pues corren rumores de que pretenden tomar el paraíso al asalto.
miércoles, 22 de octubre de 2014
223. Tamaños
Tendemos a pensar
(desearíamos que así fuese) que vivimos en un estado de cosas quieto,
inmutable, definitivo, pero la realidad nos enseña cada poco que eso no es así.
El tiempo es movimiento y todo cambia, está en constante evolución. Hoy casi
nada es como lo fue ayer y mañana tampoco lo será como lo es hoy. Un fenómeno
este que en la actualidad, debido quizás a la velocidad con que se suceden las
innovaciones tecnológicas, es más perceptible si cabe. Tanto es así que las
formas, los tamaños y las proporciones de muchas cosas que nos rodean están
mutando constantemente: lo que antes era chico es ahora grande y aquello que no hace
tanto poseía un tamaño considerable ahora parece insignificante. Caí en la
cuenta de ello esta misma mañana al verme reflejado en el espejo cuando salía
de la ducha.
martes, 14 de octubre de 2014
222. Rescate
Creo
que ya vienen a buscarme, después en casa me rodearán todos y me pedirán
explicaciones, querrán conocer los detalles de la huida, los cómo, cuándo y
por qué. Mi mujer hará conjeturas que todos darán por buenas; es ella quien
mejor me conoce, dice. Mis hijos me mirarán como si yo no estuviese en mis
cabales y mis nietos, como a un extraño. Sólo Adelita, mi bisnieta surfista, me comprenderá y me sonreirá con sus
ojos de azabache. Ella es la única que me comprende. ¡Por el amor de Dios, si
lo único que quiero es salirme un poco de la rutina y no hacer siempre lo que
los demás esperan que haga!
martes, 23 de septiembre de 2014
martes, 26 de agosto de 2014
218. Indecisión general
Olímpica ira, damero agresivo, idea fulminante, cebra pixelada, corriente alternativa, desastre inminente, indecisión general, adjetivación ortopédica o mecánico silencio son algunos de los títulos que se me ocurren para esta fotografía, pero la verdad es que no tengo muy claro por cuál decantarme.
domingo, 24 de agosto de 2014
217. Jazz
No recuerdo muy bien dónde -Naumburg, Conques o quizás Luarca- y apenas cuándo tuvo lugar aquel concierto memorable. Lo que sí tengo muy vivo en la memoria es el sonido del piano, desaliñado, alegre, descarado, que salpimentaba el local con notas musicales olor a canela, vino tinto y hachís. Aquella noche descubrí que el equilibrio tiene muchos puntos de apoyo posibles, que si la música sale de las entrañas las notas cobran vida y se convierten en mariposas, murciélagos o estorninos y también que el jazz, un caos en el que siempre me ha costado nadar, puede llegar a ser algo extraordinariamente hermoso. Los dedos que acariciaban las teclas de aquel piano, largos y con las uñas pintadas de un rojo intenso, mucho tuvieron que ver en la magia de aquel momento, pues se desplazaban por el teclado con la elegancia, levedad y gracia de una prima ballerina. Y era tal la sintonía entre músico y piano que uno podía llegar a dudar de si eran los dedos los que hacían mover las teclas o viceversa. Me cuentan que después de aquella noche mágica el piano pocas veces más volvería a sonar igual, ni con jazz, ni con soul, ni flamenco, ni fado, ni blues. Y es que para un tango veinte años puede que no sean nada, pero para una ranchera es una eternidad.
sábado, 16 de agosto de 2014
216. De bares
Este verano, después de muchos años, he vuelto por aquel bar. Y, qué agradable sorpresa, mi copa sigue en el mismo sitio, al fondo de la barra. La jubilaron y dejaron de usarla, tal como hacen en la NBA con las camisetas de los grandes bebedores -perdón- jugadores. Pero la dicha no fue completa, pues ella, como era de suponer, ya no trabaja allí.
martes, 5 de agosto de 2014
215. Fuerza bruta
martes, 29 de julio de 2014
213. Number one
viernes, 11 de julio de 2014
212. Tragedia nacional
miércoles, 18 de junio de 2014
211. Cita
"Es de
muy mal gusto, en cierto modo incluso obsceno, citarse a uno mismo. Casi
siempre es síntoma de escasa erudición o vanidad excesiva”
José Manuel
Pérez Pena
210. Apoyos
domingo, 15 de junio de 2014
209. Idiomas y contextos
(1) “Estate quieta, bonita, de lo
contrario no podré montarte”
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