jueves, 28 de diciembre de 2017

334. Tipos de individuos

Básicamente hay dos tipos de individuos. Por una lado están aquéllos que intentan cambiar las cosas, mejorar su vida y la de los de su entorno y por otro lado, están aquellas personas que se limitan a imitar patrones y a seguir las normas y costumbres de sus antepasados. Los dos tipos son necesarios, pues sin los primeros nada cambiaría y no habría evolución, ni progreso y sin los segundos no existirían ni la tradición, ni el acervo cultural. Pero también existe un tercer grupo, no menos numeroso y entre el que a veces me incluyo, que invierte (quizás debiera decir, pierde) el tiempo en observar y clasificar a sus congéneres, que a veces llega a conclusiones más o menos atinadas y/o ingeniosas, pero que, a fin de cuentas, no sabe qué hacer con tanta taxonomía.

333. Por quién doblan las campanas

Siempre había odiado esas exposiciones públicas de cadáveres rodeados de coronas de flores. La muerte le parecía un trance demasiado íntimo como para convertirlo en un espectáculo obsceno. Detestaba a esas personas que se plantan delante del féretro y lo soban con sus miradas tristes, morbosas y asustadas. Pero al ver al otro lado del cristal a su mujer, llorando sin consuelo abrazada a su hija, empezó a sospechar que el difunto bien podría ser él.

332. Titulares imposibles (o no) 1

Un diputado provincial cae por una alcantarilla cuando acudía a una cita a ciegas. (Redacción) - Según el portavoz de la oposición, la víctima acudía a un encuentro con una becaria de la Diputación, a la que habría prometido una plaza de funcionaria a cambio de favores sexuales ...

domingo, 17 de diciembre de 2017

331. Estilos musicales

Con cada estilo de música que se escucha uno se siente una persona distinta. De ahí que para no sufrir una crisis de identidad sea necesario volver a escuchar cada cierto tiempo las viejas canciones para reencontrarse con una parte importante y genuina de uno mismo.


330. Perseverancia

A cada vuelta del tambor de la lavadora el calcetín de rombos intentaba desesperadamente acercarse al sujetador negro. Un par de veces casi lo consigue, incluso llegó a rozarlo levemente, pero éste siempre lograba escabullirse entre la maraña de camisas, suéteres y toallas. Quizás fue por eso, harto de tan perseverante cortejo, que el sujetador se mantuvo oculto dentro de la bragueta del pantalón de lino beige todo el tiempo que duró el centrifugado.


329. Autorretrato

Dependiendo de quien la pronuncie, de cómo, cuándo y dónde se pronuncie, de la intención (buena o mala) o del interés del hablante, una palabra puede significar una cosa y también la contraria. No pocas veces a la frase “te quiero” parece que le falta otro verbo (del tipo comer, vampirizar o estrangular). A veces, cuando algún(a) angloparlante me dice enjoy your meal, el your me suena tan acentuado que convierte la frase en una amenaza, para que no se me ocurra meter mi tenedor en su plato, o algo por el estilo. Y en cierta ocasión, en un curso de fotografía impartido por una fotógrafa argentina, ésta al final de la clase del viernes nos puso deberes. Para el lunes tenés que hacer un autorretrato – me dijo. La profesora tenía un hablar tan lindo y exquisito que me perdí en su sonoridad, su dulzura y los significados ocultos de sus palabras y el lunes fui el hazmerreir de toda la clase cuando mostré mis fotos de coches antiguos. Estos juegos lingüísticos en principio no son nada malo, al contrario, son algo muy bueno, pues se trata nada más y nada menos que del material con el que trabajan los poetas. Lo que sí es malo, muy malo, es cuando los líderes políticos o religiosos (a veces no distingo muy bien unos de otros) retuercen a su antojo los significados de las palabras para confundir a la opinión pública. Por ejemplo, cuando llaman ajustes económicos a los recortes en los servicios sociales, cuando hablan de externalizaciones para referirse a las privatizaciones de servicios públicos o cuando denominan movilidad exterior a la emigración de los titulados universitarios que no encuentran trabajo en España. Manipulan y adulteran el significado de las palabras a su antojo y juegan a disfrazar mentiras de verdades. El cruce de proclamas y amenazas que se lanzaron los gestores del Estado Español y de la Generalitat de Cataluña, y que siguen lanzando, daría para escribir todo un tratado de mala retórica política. El mismo problema, para unos fue un golpe de estado y para los otros un mandato democrático (posverdad se le viene llamando a esto últimamente). Menos mal que la Iglesia se mantuvo relativamente al margen, de lo contrario el mandato, además de democrático sería divino y el golpe de estado, además, una herejía. Pero volviendo a lo del autorretrato, recuerdo que para salir airoso de la situación embarazosa también recurrí a la retórica (no sé si política o no) e intenté justificarme con que había querido captar mi imagen reflejada en la carrocería del auto, pero nadie se lo creyó.