martes, 26 de septiembre de 2017

322. Zona de confort

No sé si es por los recortes silenciosos que viene aplicando el gobierno, si son cosas de la edad, si es algo coyuntural y pasajero o se debe a una falta de energía y entusiasmo, miedo a plantar cara a los retos de cada día. Puede también que no sea nada de eso o la suma de todo, pero el caso es que mi zona de confort cada vez es más reducida, en ella apenas hay espacio para nada, no cabe ni un lamento. Sueltas un grito y te explota en la cara.

viernes, 15 de septiembre de 2017

321. Desde mi ventana

Ayer por la mañana al asomarme a la ventana vi un intrigante arco de luz en el cielo. Últimamente lo veo todo en un tono gris marengo y no sabría decir a ciencia cierta si se trataba de un arco iris, de una aberración óptica en mis nuevas gafas progresivas o de un hincha del Real Madrid que andaba probando las bengalas para el partido de la Champions. En un primer momento incluso llegué a pensar que podría tratarse de un misil norcoreano sobrevolando la península ibérica, pero esta posibilidad quedó enseguida descartada con el noticiero de las diez. De momento, Corea del Norte sigue lanzando sus cohetes en por encima de Japón.

320. Final del verano

Los libros que leemos cuando el verano está llegando a su fin suelen tener un desenlace especialmente nostálgico y son también los que más pena nos da terminar.

319. La flor más bonita

A aquella flor que tanto me miraba quise hacerle el retrato más bonito del mundo, pero una vez más me temo que no estuve a su altura. Y es que también las de los fotógrafos son biografías forjadas a base de fracasos.

318. Todo cuanto está en mis manos

Su hija estudia en Barcelona, no sabe muy bien qué, algo relacionado con márketing o publicidad. Por suerte, cuando el atentado en las Ramblas, ella estaba de vacaciones en casa. La idea de que vuelva a darse otro atentado terrorista, a la madre la saca de quicio. Quiere que la niña deje Barcelona y se venga para Galicia. Pero la hija no está por la labor, - Mamá, no voy a encerrarme en casa por culpa de los yihadistas, quién te dice que me vengo a estudiar a Santiago y no hacen lo mismo en la plaza del Obradoiro. Le pide al padre que la apoye, pero él conoce de sobra a su mujer, sabe como se las gasta en estos casos. Él trabaja para una empresa catalana y con lo del proceso de independencia algunos compañeros empiezan a temer por su puesto de trabajo, – estas cosas sabes como empiezan, pero nunca sabes como acaban. Echan pestes en contra de los catalanes. Él no es tan pesimista ni tan visceral, los amigos catalanes que tiene no encajan con las actitudes de los que salen últimamente en la tele. En un hipotético caso de que Cataluña se independizase, dice, no se acabaría el mundo, tampoco si en vez de separarse Cataluña, se integrase Portugal, – menos la muerte todo tiene remedio en esta vida, sólo hay que buscárselo. Pero en todas partes todo se está haciendo tan mal, todo es tan falso, tan mezquino. En la otra parte del planeta un tonto y un idiota se amenazan con lluvias de fuego. En casa su mujer y su hija todo el día discutiendo. El Dépor que no levanta cabeza. Con este sol y con esta marea, se dijo al fin, me voy a pescar, es todo cuanto está en mis manos hacer.