Bajar, en cambio, es más difícil y peligroso; requiere cierto talento, mucho amor propio y, por qué no, también clase y sentido del humor, virtudes éstas que no todos los mortales poseemos, por lo menos en su justa medida. Pocos son los que saben mantener la compostura y la cabeza erguida al bajar de nivel. Sólo aquéllos que en su día se mostraron magnánimos y humildes en la victoria y después demuestran dignidad y entereza en la derrota son capaces de despertar admiración y respeto cuando les toca bajar. Y es que ya lo dice el refrán: “dime cómo desciendes por una escalera y te diré de qué pie cojeas”
lunes, 5 de septiembre de 2011
54. Escaleras
Bajar, en cambio, es más difícil y peligroso; requiere cierto talento, mucho amor propio y, por qué no, también clase y sentido del humor, virtudes éstas que no todos los mortales poseemos, por lo menos en su justa medida. Pocos son los que saben mantener la compostura y la cabeza erguida al bajar de nivel. Sólo aquéllos que en su día se mostraron magnánimos y humildes en la victoria y después demuestran dignidad y entereza en la derrota son capaces de despertar admiración y respeto cuando les toca bajar. Y es que ya lo dice el refrán: “dime cómo desciendes por una escalera y te diré de qué pie cojeas”
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