lunes, 21 de junio de 2021

466. Kanji

El lenguaje y el arte japoneses destacan, entre otros, por su capacidad de concisión. Véanse sino los universos que caben dentro de un haiku o la ceremonia del té, que poco o nada tiene que envidiar en despliegue ritual a la inauguración de unos juegos olímpicos. 

Los kanji son otro buen ejemplo.

ichi - El de la imagen, como símbolo de muerte que es, representa, según su autor, la idea del memento mori, expresión latina que significa "recuerda que has de morir" y que designa un elemento o representación artísticos que sirven para recordar la inexorabilidad de la muerte. Una expresión muy estoica que con frecuencia va seguida de otra, que viene a ser la visión epicúrea de la misma idea, carpe diem (disfruta el momento), mucho más en sintonía con mi forma de ser, pensar y sentir.

ni - Desde tiempos remotos siempre han existido dos formas de muerte por ahorcamiento, una impuesta y otra voluntaria. En este último caso este kanji puede ser interpretado como un alegato en favor y defensa de la eutanasia, y por tanto también como un testamento vital, en caso de que llegado el momento las circunstancias así lo requiriesen.

san - En el lenguaje coloquial “estar colgado” significa ser un tipo que ya no está en sus cabales, raro, estrafalario. Pero seguido de la preposición "de" significa estar muy enamorado de alguien, en cuyo caso simboliza esos vínculos afectivos tan frágiles y a la vez tan poderosos que se establecen algunas pocas veces entre dos personas, con todo lo que ello tiene de bueno y de malo.

shi - El Ahorcado o Colgado es también uno de los arcanos mayores del Tarot, el número 12 para ser más exactos. Dependiendo de cómo aparezca la carta sobre la mesa, vertical o invertida, puede tener diferentes interpretaciones. Si sale vertical suele representar un sacrificio, símbolo de renovación. Se dice que habla de los períodos de transición que todos los seres humanos pasan en determinados momentos de la vida. En este caso se trataría de una muerte simbólica por medio de la cual la vieja personalidad se extingue para dar paso a una renovación de espíritu. Representa la esencia de la vida misma, nada nos viene dado de forma gratuita o fortuita del todo, es preciso dar para recibir. Todo esfuerzo y tarea realizada, buena o mala, tiene su debida recompensa. La ley del karma, en otras palabras. 

En cambio, si la carta sale invertida, es indicadora de un egocentrismo excesivo, que genera ilusiones y lleva a realizar ciertos sacrificios inútiles. Pero también se suele interpretar como símbolo del sentimiento de aquellas personas que caminan por un camino espiritual y ven el mundo de manera diferente. En este sentido este arcano podría servir, y esta es una opinión muy personal, para ayudar a diagnosticar lo que en psicología se denomina rasgo PAS (persona de alta sensibilidad). 

Se dice también que el colgado lo está por su propia voluntad. Y se cree que es así por la expresión serena que hay en su rostro. Su pie derecho está atado, es cierto, pero su pie izquierdo permanece perfectamente libre. En este sentido reflejaría una necesidad de suspender cierta acción y ejemplificaría que toda elección sabia necesita previamente de un período de contemplación o, dicho en otras palabras, de consultas con la almohada. Invita por tanto a desligarse de algunas viejas costumbres y ataduras, pues sólo así se dará paso a un futuro prometedor, desconocido e incierto, pero brillante al fin.

 go - Aclaración: como corresponde a toda buena interpretación simbólica, el contenido de este texto está estructurado siguiendo una lógica rigurosamente irracional.

miércoles, 9 de junio de 2021

465. Frases hechas

Los idiomas están llenos de frases hechas, expresiones muy gráficas e ilustrativas, con su punto poético, que encierran una sabiduría y un sentir populares. Suelen ser uno de los aspectos más difíciles de asimilar cuando se estudia un idioma extranjero, pues con su carga metafórica requieren conocer la idiosincrasia de una cultura y, no pocas veces, del propio individuo que las utiliza. Algunas de ellas son auténticas lecciones de vida, otras un atajo para evitar largos circunloquios, otras una forma simpática de decir algo no siempre agradable o una manera de restarle gravedad a una sentencia en apariencia trascendental. Con frecuencia son expresiones que tienen una difícil traducción a otro idioma, aunque sea una lengua afín, como es el caso del gallego en: "ser lista/o coma un allo e feita/o coma un carto" (ser listo/a como un ajo y proporcionada/o y hermosa/o como una moneda). El castellano también tiene un larguísimo repertorio de este tipo de expresiones: “hacer de tripas corazón”, “dar palos de ciego”, “irse de rositas”, "dar calabazas", “caer del burro”, “perder los estribos”, “llevarse el gato al agua”, “dar vela en un entierro”, “verle las orejas al lobo”, “estar a verlas venir” y otras muchas. Una de mis preferidas es “consultar con la almohada”, pues hace referencia a un recurso muy útil para las personas que en determinadas circunstancias se nos suelen plantear muchas dudas a la hora de tomar decisiones. Actuar de forma precipitada casi nunca lo he considerado una buena estrategia (aunque en ocasiones no queda otra alternativa) y consultar con la almohada (sopesar los pros y los contras) cuando menos, y valga la paradoja, no está de más. Hace unos días recibí un regalo que no me esperaba. Son estos los regalos que más alegría y satisfacción suelen proporcionar. Un regalo en forma de almohada o cojín, que por razones varias tiene un significado muy especial para mí. Sé que a estas alturas de mi vida consultar con esta almohada no me va disipar las dudas que suelen atormentarme y sé que en demasiadas ocasiones seguiré tomando decisiones equivocadas, pero también estoy seguro de que en adelante sabré aceptar un poco mejor los reveses y las desilusiones que mis decisiones conlleven y que éstas ya no me quitarán tanto el sueño. No puede ser de otra manera, pues el cariño e ilusión que se pusieron en su confección le procuran al cojín una magia especial. Gracias Patri y Espe, de corazón.

miércoles, 2 de junio de 2021

464. Fototerapia

Una de tantas frases atribuidas a Mario Benedetti que circulan por las redes sociales reza: “y cuando menos lo esperas, una canción te dice todo lo necesitas escuchar”. Dudo que esta frase, al igual que otras muchas que se atribuyen al vate uruguayo, haya salido de su pluma, pero es bien cierto que cualquier bella e ingeniosa reflexión luce más si se pone en boca de un gran poeta. Y ésta vaya si lo es. Pero lo mismo que Benedetti (o quien sea) dice de una canción se podría decir de una pintura o de una fotografía: “y cuando menos lo esperas, una imagen te muestra todo lo necesitas ver”. Ese domingo fue como un regalo, hacía un tiempo estupendo y salí temprano, cámara en ristre, a recorrer las calles compostelanas. No sé por qué razón, pero necesitaba sentirme extraño en mi ciudad de acogida y mirar la ciudad con ojos distintos, con otra mirada, de turista entusiasta, quizás. Al pasar al lado del mural, que habré visto cientos de veces, desde el coche o caminando, noté que el cuadro me quería decir algo (y/o yo tenía la necesidad de escuchar algo). Reparé en los detalles del cuadro: la expresión de la señora, los pliegues del delantal, el gesto de las manos, el cielo imaginario que parecía querer fundirse con el real... y de repente el mural se llenó de significados. Me evocó el último viaje de algunas personas que formaron parte de mi vida y que ya no están; me señaló a esas otras, entre las que me incluyo, deseosas y necesitadas de huir de esta pandémica realidad; me recordó a ese ángel de la guarda de alas rotas que sueña con volver a volar. Sueña con volar, vivir, viajar, no importa a dónde: Xurés, Valencia, Islandia, Nueva York o Samarcanda. El rato que estuve ahí plantado contemplando este mural, disparando cuatro o cinco fotografías de este rincón, por lo demás poco agraciado, de Santiago recibí una buena inyección de entusiasmo y optimismo o, lo que es lo mismo, ganas de volar. Toda una sesión de fototerapia.

(Mural de Joseba Muruzábal pintado en el lateral de un edificio situado en la calle Romero Donallo de Santiago de Compostela)