viernes, 25 de octubre de 2013

181. Cabreados

Cuando una masa de ciudadanos enfurecidos tomó la Bastilla, aquel 14 de julio de 1789, ni los gobernados ni los gobernantes sabían que acababa de ponerse en marcha la Revolución Francesa. Los unos sencillamente ya no podían más y se dejaron llevar por la rabia que producen la injusticia y los abusos de poder; los otros, aferrados a sus privilegios, no hicieron sino infravalorar el cabreo y sobrevalorar la paciencia de los primeros.

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