Desde que en
Siria la primavera árabe se convirtió en invierno apocalíptico los noticieros
nos vienen suministrando puntualmente imágenes tremebundas, imágenes que le
desgarran a uno las entrañas. Son escenas de bombardeos in situ,
imágenes de refugiados intentando cruzar por mar a Europa o de víctimas de los atentados en París. Tanto unas situaciones como otras son la consecuencia del
mismo problema y cuanto más intenta uno mirar entre tanta entraña, menos entiende lo que
está pasando, menos entiende el problema y menos vislumbra una posible solución rápida
y eficaz. Y esto no nos pasa sólo a los ciudadanos de a pie, sino que les
sucede también a los gobernantes y personas con capacidad para tomar decisiones
de tipo político y/o militar, o eso parece. Y lo más grave de todo ello es que la
inmensa mayoría de las víctimas, como casi siempre sucede en estos casos, son
personas inocentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario