lunes, 25 de abril de 2011

36. Una rosa es una rosa

La mañana del segundo día de vacaciones en la costa levantina un profesor de literatura –y escritor- vuelve de comprar la prensa y el pan para el desayuno. Camina por la acera de la urbanización bajo un sol que unas horas más tarde hará subir el mercurio de los termómetros por encima de los 30 grados. A través de la alambrada que protege una casa vecina asoman dos rosas rojas. Al observar que el veraneante lleva una cámara al hombro una de las flores se abre y riza sus pétalos para, evocadora, segura de si misma y presumida, dejarse hacer. En aquel mismo instante una fotógrafa que vuela, por motivos profesionales -clase turista, asiento 34F-, de Madrid a Berlín en un vuelo regular de Iberia subraya en la biografía de Gertrude Stein que se compró una hora antes en el quiosco del aeropuerto la frase “una rosa es una rosa es una rosa”.

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