jueves, 15 de noviembre de 2012

127. Fútbol

Últimamente la vida de muchísimos españoles no está para grandes alegrías (se salvan los grandes empresarios, los banqueros, los altos cargos del partido en el poder y algún que otro prelado de la Iglesia), pero para muchos aficionados al fútbol la esperanza en la victoria de su equipo el sábado o el domingo hace que la semana resulte menos sufrida. Con esto de la crisis somos muchos los que cuando hacemos la compra nos paramos a comparar precios, a calcular pesos escurridos y envasados o a averiguar el número de lavados que se le puede sacar a un tambor de detergente. Y mientras recorremos los pasillos del súper en busca de algún producto que esté de oferta, los futboleros solemos perdemos en ensoñaciones balompédicas: las cajas de lechugas nos parecen césped recién regado; los paquetes de bayetas, las cartulinas del árbitro; la sandía, un balón de fútbol; las mallas de naranjas las imaginamos bolsas con balones de recambio; los mangos de escoba, banderines de córner, el agujero de los donuts, puntos de penalty y la estantería de los pollos se nos antoja una grada del Bernabéu celebrando un gol de Cristiano Ronaldo de falta directa (y es que cuando uno siente unos colores se le pone la piel de gallina y todo). Lamentablemente a los que nos duele el Dépor ni en el fútbol encontramos consuelo..

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