lunes, 21 de enero de 2013

137. Ciudades que hablan

Es cierto, hay ciudades que hablan. Son ciudades que mientras las recorres te van enviando mensajes como si estuvieses conectado a ellas por una especie de bluetooth. Paseas por sus calles y en todos los rincones escuchas la voz de un soportal, de un escaparate, de un porche, una ventana, una balconada, un vano, un banco, una escalinata, una cristalera, un portalón, un rótulo, una losa, un blasón, una farola, un reflejo o una sombra que quieren contarte algo. Esos mensajes entran por tus retinas y acaban encontrando su espacio en la tarjeta de memoria. Luego, cuando llegas a casa repasas las fotografías en la pantalla de la cámara como quien revisa los SMS en el teléfono móvil: unos mensajes los borras en seguida, otros los guardas; unos te agradan, te provocan una sonrisa, otros no te dicen nada; la mayoría te recuerdan cuáles son tus virtudes y cuáles tus carencias como fotógrafo, mas siempre hay un mensaje, singular, misterioso y sorprendente, que posee un timbre distinto y te descubre una nueva perspectiva de las cosas y por ello te obliga a acudir al mismo lugar y a la misma hora, para escuchar de nuevo la voz, esta vez con más calma, interés e ingenio. Entre todas las ciudades que hablan, Compostela posiblemente sea una de las que mejor se expresan. Además, como es una ciudad visitada desde hace siglos por peregrinos de medio mundo habla y entiende casi todos los idiomas.

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