Al final va a
resultar que ni unos son tan chapuzas ni los otros tan eficientes. Parece que no
queremos darnos por enterados, pero el mundo está sembrado de apariencias y de
falsas verdades que, dicho sea de paso, en mayor o menor medida todos contribuimos
a extender debido a nuestra patológica debilidad por la mitología.
Muchos mitos se han derrumbado ya, como sucedió con las bondades de las espinacas, con la infalibilidad del Papa o con
la virilidad de los latin lover, y otros mitos seguirán el mismo camino. El viacrucis de Volkswagen creo que no ha hecho más que
empezar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario