La maestría con la que pintaba los bisontes y los ciervos en las paredes de la caverna provocó la admiración de los suyos, lo consideraban un experto conocedor de esos bichos y también del arte de la caza. Así fue que en la siguiente primavera le pidieron que acompañase a los cazadores en la primera salida. La vanidad pudo más que su cojera y el pintor aceptó ufano. Tras dos días de agotadoras caminatas se toparon con una manada de bisontes pastando apaciblemente en el claro de un bosque. Un macho se apartó del grupo y salió como un rayo a defender su territorio. El que peor suerte corrió fue el pintor. Su pérdida causó una gran conmoción en la tribu.
martes, 16 de febrero de 2016
277. El pintor
La maestría con la que pintaba los bisontes y los ciervos en las paredes de la caverna provocó la admiración de los suyos, lo consideraban un experto conocedor de esos bichos y también del arte de la caza. Así fue que en la siguiente primavera le pidieron que acompañase a los cazadores en la primera salida. La vanidad pudo más que su cojera y el pintor aceptó ufano. Tras dos días de agotadoras caminatas se toparon con una manada de bisontes pastando apaciblemente en el claro de un bosque. Un macho se apartó del grupo y salió como un rayo a defender su territorio. El que peor suerte corrió fue el pintor. Su pérdida causó una gran conmoción en la tribu.
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