En sus años jóvenes pudieron haber hecho alguna locura. Escuchar a los Beatles, por ejemplo (coincidieron en el tiempo). Pudieron haberse dejado el pelo
largo, soltarse la melena, pero prefirieron engominarlo o cardarlo. Era lo que
se llevaba en aquel entonces. En el país en el que vivían el tiempo llevaba casi treinta años
detenido (como un preso político). Ellos estaban a otra cosa, sin saber muy bien a
qué. Nunca bailaron una canción; ni lenta, ni cañera; ni yenka, ni twist. Si acaso algún pasodoble cañí, y más para la galería que para ellos mismos. Quizás tampoco lo echen en falta. En alguna ocasión quise preguntarles si tenían la sensación de
haberse perdido algo, pero me pareció una pregunta con poco sentido y demasiada metralla. En
cualquier época uno siempre se pierde algo, es ley de vida, y que sea mucho o
poco siempre es relativo. Uno siempre hace lo que puede, o le dejan, que en
aquella época era bien poco, especialmente para las mujeres. Las circunstancias u
otros decidían por uno (siempre había algún idiota que decidía por ti). Con todo, cada vez que los veo
cruzar su particular Abbey Road, así, uno detrás de otro y cada uno a su bola, tengo
la sensación de que en algún lugar remoto de su alma van (su paso los delata) escuchando y tarareando para sí, quizás Octopus's Garden, ella y él, posiblemente Carry That Weight.
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