Al escuchar
los pasos, señal inequívoca de que el monstruo se acercaba, el cowboy de Toy
Story cerró los ojos. El tiranosaurus rex hizo lo mismo, y
también Spiderman. La muñeca de las pecas se llevó las manitas a la cara y Bob
Esponja soltó un grito al tiempo que se escondía detrás de Spiderman. Cuando
empezó a entrar la luz en el arcón, todos dieron en temblar. Sólo Teddy, el oso de peluche,
permaneció en su sitio, impasible y con los ojos bien abiertos. Quería verle la
cara al monstruo ese que siempre aparecía para llevarse a alguno de ellos y que
luego otro monstruo aún más grande restituía hecho una piltrafa.
(fotografia: Ricardo Irimia)
(fotografia: Ricardo Irimia)
genial relato Jose Manuel
ResponderEliminarGracias, maestro. La fotografía sí que es genial.
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