lunes, 3 de junio de 2019

381. Intuiciones

Una chica ensimismada, semeja una corzuela distraída, capta la atención de un chico. Éste acecha con instinto de pantera, ve una presa fácil. Un fotógrafo, con pose de francotirador, apunta a la pantera con su cámara de mira telescópica aguantando la respiración, presiente un desenlace dramático inminente. A espaldas del francotirador se intuyen varias miradas: la de una señora que asoma a la ventana de un tercer piso, parcialmente oculta detrás de un visillo; la de un jubilado que se para en la acera a observar la escena creyendo, quizás, que lo que está presenciando no es una escena cotidiana, sino parte del rodaje de un thriller; o la de otro francotirador que duda si cargar también su rifle, pero que acaba desistiendo; su ego y vanidad le impiden enfocar cualquier objeto o escena que no haya visto él antes que nadie. Recuerdo que respondiendo a estas intuiciones me giré para comprobar que efectivamente la señora del visillo, el jubilado o el fotógrafo perfeccionista y vanidoso estaban observándome, pero no era así. Al volver la mirada hacia delante la corzuela y la pantera habían desaparecido. Menos mal que conservo esta fotografía, fruto del único disparo efectuado, para convencerme a mí mismo de que esta escena existió de verdad y no es fruto de una fantasía, delirio o pesadilla; pues al igual que sucede en cine o en literatura, en ocasiones también en fotografía conviene decir que todo parecido con la realidad es pura coincidencia.

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