viernes, 6 de marzo de 2020

408. Superhéroes

Los superhéroes y las superheroínas tienen un componente humano que ni en el cine ni en la literatura salen mucho a relucir. En la vida cotidiana sucede otro tanto. Cada vez que estos personajes, -Batman, Superman, Wonder Woman, doña Herminia o como se llamen-, se embuten en sus trajes de superhéroes todos esperamos de ellos que nos solucionen un problema o nos saquen de un apuro. En el fondo más que superhéroes son unos pobres criados al servicio de gente que es demasiado perezosa o incompetente para valerse por sí misma. Se ven obligados a cumplir su misión sin rechistar, y la cumplen aunque les cueste un riñón o la propia vida. En las películas americanas al final de una misión el héroe suele disfrutar de un pequeño momento de gloria y de algunos aplausos, pero una vez cumplido el servicio el héroe vuelve pronto al anonimato. En la vida real, héroes y heroínas apenas salen del anonimato y el más que merecido premio por sus intervenciones casi siempre brilla por su ausencia. Y cuando llega el día en que ya no pueden cumplir con su misión, desparecen y caen para siempre en el olvido. Pocas cosas hay tan tristes como contemplar un traje de superhéroe colgado en la pared. Como pasado mañana es el Día Internacional de la Mujer quiero centrarme sólo en las superheroínas, esas mujeres que hacen que este mundo funcione, resulte habitable y merezca la pena, y les brindo desde aquí este pequeño homenaje. Va por ti, Mamá.

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