sábado, 3 de octubre de 2020

445. Demencia senil

Un amigo del que ya he hablado en alguna otra ocasión en este blog me ha contado que le resulta imposible sostenerle la mirada a una mujer con escote. Lo lleva mal, pues percibe la incomodidad que su mirada lasciva provoca en las chicas y eso le resulta muy embarazoso. Me contó que es un problema que arrastra desde pequeño; que con 8 años su madre lo había llevado al médico y éste le había diagnosticado demencia senil. Ante tal noticia su madre dio en hacer aspavientos y lamentar con lágrimas en los ojos la desgracia de su niño, pero que el doctor le había dicho: - Cálmese, señora, que a su hijo no le pasa nada, lo de senil nada tiene que ver con el envejecimiento de las neuronas, sino con los senos. A su hijo lo que le pasa es que está todavía sin destetar. No se preocupe, cuando se eche su primera novia este problema se le pasará. Pero resulta que a sus casi cincuenta años sigue igual. Para tratar de animarlo sólo se me ocurrió decirle que se comprase unas gafas de espejo; o que hiciese como yo, que se dedicase a la fotografía, de ese modo quizás podría convertir su lascivia en algo artístico. Sé que valora mucho mi opinión, pero, como ha sucedido tantas otras veces, también sé que tampoco en esta ocasión me hará mucho caso.

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