martes, 7 de junio de 2011

42. El espíritu de Dalí

Si vas a pasar unos días a la provincia de Girona, es decir, si visitas Cadaqués, Port Lligat y te entran ganas de pintar; si viajas por los pueblos de la campiña y la forma de hablar de los payeses te resulta familiar y extraña a la vez; si te bañas en el Mediterráneo en una cala casi inaccesible y el mar te huele a coco, pa amb tomaca y escalivada; si te sorprende una tormenta de verano a orillas del Ter y no te importa mojarte; si te das un paseo por la zona monumental y te vienen ganas de entrar en una librería de las de siempre; si al caer la noche sobre la capital el cuerpo te pide unas copas de tinto del Empordá; si miras la hora y ves como el reloj se te escurre por el brazo como si estuviera hecho de crema catalana; entonces es que has sido tocado por el espíritu de Salvador Dalí. Suena surrealista, lo sé, pero es absolutamente real.

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