Pronto hará un siglo que el genial Joaquín
Sorolla estuvo por
Galicia buscando escenas para las estampas costumbristas que le había encargado la
Hispanic Society of America de Nueva
York. De aquella visita dan fe un par de cuadros en los que podemos admirar pinares, robles o una típica romería con vacas y gaiteros. El estilo pictórico de
Sorolla no llegó a crear escuela en el país de la lluvia, del pulpo y de la
muiñeira, pero sí dejó huella. Si no en la manera de pintar el paisaje, sí en la forma de mirarlo.
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