miércoles, 14 de diciembre de 2011

69. Senderismo

El senderismo es un buen ejercicio para demostrar que la mejor manera de recorrer una distancia entre dos puntos es dando un rodeo. En el mundo en que vivimos, la rapidez e inmediatez se ha convertido en un valor añadido de las cosas, en toda una virtud. Todo hay que conseguirlo en seguida (a poder ser, sin esfuerzo), hay que llegar a todas partes en el menor tiempo posible y una vez alcanzado el objetivo, tampoco se disfruta ni del lugar, ni el momento, sino que se empieza otra carrera. Cada vez se desprecia más el camino, el trayecto (o proyecto), que con frecuencia es tanto o más interesante que la meta. Recorremos los trayectos sin pararnos a mirar lo que vamos dejando atrás, lo que nos habla y saluda a nuestro paso, sólo nos centramos en llegar. Caminando por un sendero, el trayecto se convierte en un fin en sí mismo. No es necesario llegar, ni antes ni más tarde. Lo importante es caminar y dejarse llevar, dejarse encantar por la magia del entorno. Y el éxito no consiste en llegar ni más lejos, ni antes que los demás, sino en haber visto, reconocido y disfrutado más cosas del camino que los demás.

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