Ámsterdam parece que cabe en una gota de agua, todo está tan
cerca, pero después nunca acabas de llegar a ningún lugar, te pierdes por sus
calles y te ves arrastrado por una marea humana que se te antoja la vuelta
ciclista a Jamaica. El tiempo allí pasa despacio, sobre todo en bares y restaurantes.
Ya al segundo día compruebas que tu reloj se ha quedado atrasado y caes en la
cuenta de que comes y bebes como un animal. Además, hay que pagar por todo y
todo es caro, el presupuesto de dos semanas se te va en cuatro días. Pero luego,
de vuelta en casa, ya no lo ves así y tienes la agradable sensación de haber
dado la vuelta al mundo en un fin de semana. martes, 13 de junio de 2017
312. Vuelta al mundo
Ámsterdam parece que cabe en una gota de agua, todo está tan
cerca, pero después nunca acabas de llegar a ningún lugar, te pierdes por sus
calles y te ves arrastrado por una marea humana que se te antoja la vuelta
ciclista a Jamaica. El tiempo allí pasa despacio, sobre todo en bares y restaurantes.
Ya al segundo día compruebas que tu reloj se ha quedado atrasado y caes en la
cuenta de que comes y bebes como un animal. Además, hay que pagar por todo y
todo es caro, el presupuesto de dos semanas se te va en cuatro días. Pero luego,
de vuelta en casa, ya no lo ves así y tienes la agradable sensación de haber
dado la vuelta al mundo en un fin de semana.
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