martes, 13 de junio de 2017

312. Vuelta al mundo

Ámsterdam parece que cabe en una gota de agua, todo está tan cerca, pero después nunca acabas de llegar a ningún lugar, te pierdes por sus calles y te ves arrastrado por una marea humana que se te antoja la vuelta ciclista a Jamaica. El tiempo allí pasa despacio, sobre todo en bares y restaurantes. Ya al segundo día compruebas que tu reloj se ha quedado atrasado y caes en la cuenta de que comes y bebes como un animal. Además, hay que pagar por todo y todo es caro, el presupuesto de dos semanas se te va en cuatro días. Pero luego, de vuelta en casa, ya no lo ves así y tienes la agradable sensación de haber dado la vuelta al mundo en un fin de semana.

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