378. La timba
Hoy sólo he podido levantar ocho euros de nada. Pero tratándose del último lunes de mes tampoco se puede pedir mucho más. Los mejores días son, con diferencia, los miércoles,
jueves y viernes de la primera semana, cuando todas las abuelitas acudimos religiosamente a jugarnos cada una sus veinte euritos en la trastienda del chino Wang. La paga
no da para más. Son todas unas benditas y creo que no sospechan nada. Sólo me
preocupa doña Reme, que es muy desconfiada, todo el rato con su bolso de mano
sobre las rodillas. Esta tarde cuando le gané la última mano con un trío de
reinas creí que iba a sacar un revólver del bolso para pegarme un tiro. Saber
que mi hija está en la calle esperándome me da mucha tranquilidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario