viernes, 31 de julio de 2020

442. Samarcanda

"El ojo que ves no es ojo porque tú lo ves, es ojo porque te ve"(Antonio Machado, Proverbios y cantares)

Con esta interminable pandemia la infeliz circunstancia de tener que usar mascarilla conlleva la feliz necesidad de tener que mirarnos a los ojos y uno a veces se encuentra con miradas que parecen salidas de un relato de Las mil y una noches. Relatos narrados por una Sherezade cuya voz contiene todo el brillo de los horizontes que oteaba Simbad el Marino o el que refulge al mediodía en las cúpulas doradas de Samarcanda. Son en cierto modo miradas en cinemascope, que a uno lo hacen retrotraerse a aquellas primeras sesiones de los cines de verano, los particulares Cinemas Paradiso de nuestra infancia, donde en la oscuridad del patio de butacas descubrimos la magia del cine en películas con maravillosas bandas sonoras de Ennio Morricone, en las que uno se sentía enseguida compañero de aventuras de un protagonista que parecía haber sido creado por la pluma de Hugo Pratt y se sentía el destinatario exclusivo de las miradas de una Claudia Cardinale, cuyos ojos eran capaces de expresar a la vez tristeza, deseo y misterio.

 


 

2 comentarios:

  1. Maravilloso ojo ( por suerte su dueña, poseerá otro) capaz de inspirar un relato tan encantador.
    Por buscarle algo positivo a la mascarilla. .. Pues nos confiere cierto aspecto misterioso, que desaparece al quitarla. Besos. La burgalesa.

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  2. Gracias, burgalesa. Efectivamente, la persona retratada tiene otro ojo, e igual de bonito que el que se ve en la foto. A mi modo de ver, el encanto de esta imagen está en lo que no se ve, en lo que uno tiene que imaginarse, tanto física como espiritualmente.

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