domingo, 2 de mayo de 2021

460. Viaje en el tiempo

Bajé la pantalla del portátil, tomé la pastilla de Orfidal, apuré la taza de cacao, hice un pis y me fui a la cama. Pasaba de la una y media. Lo sé porque en la radio hacía nada que había empezado El Faro, el programa de la SER. Me dormí enseguida. Pero como últimamente duermo muy mal no tardé en despertarme. Imaginé que, como otras veces, habrían pasado una, como mucho dos horas. Pero cual fue mi sorpresa que la radio despertador marcaba las 00:45. No le encontraba una explicación lógica, era como si hubiese viajado hacia atrás en el tiempo. Pero de ser así no recordaba absolutamente nada de ese viaje. No me asusté, ni mostré emoción especial alguna. Es más, diría que lo que sentí fue una indiferencia absoluta. Me sorprendió más mi actitud que el misterioso viaje en el tiempo. La verdad es que últimamente me siento un tanto apático, desmotivado, siento desafecto por un montón de cosas que antes me resultaban agradables y no consigo entusiasmarme con casi nada. Con esta actitud negativa comencé a darle vueltas a la idea de que muchas teorías y conjeturas, como lo puede ser el hecho de viajar en el tiempo, están sobrevaloradas y son, por tanto y valga la redundancia, una auténtica pérdida de tiempo, pues poco o nada de provecho aportan al viajero. De repente noté un pequeño vacío en el estómago y me entraron ganas de orinar. Puse un tazón de leche a calentar en el microondas. En el baño, mientras aliviaba mi vejiga bostezando y rascándome la cabeza con la mano libre, me volví y comprobé (como en el celebérrimo cuento de Augsuto Monterroso) que el dinosaurio (en este caso su cepillo de dientes) todavía estaba allí.

3 comentarios:

  1. Si ten lógica,non tires o cepillo......

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  2. Sei que a ten, pero eu non consigo verlla. Gracias polo comentario, sexas quen sexas, acabas de alegrarme o día 😊

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