lunes, 27 de septiembre de 2021

473. Lobo de mar

Atando cabos, un viejo pescador tejió una red y un día, de mañana temprano, salió a pescar con ella en su bote de remos. Las dos primeras veces recogió la red vacía, pero al tercer lance le entró una sirena. Un ejemplar extraordinario: cuerpo perfecto, pechos pequeños y turgentes, piel tersa y morena; una melena dorada que le llegaba a la cintura; su mirar era hermoso y seductora su sonrisa. La cola, de escamas muy suaves al tacto, irisaban bajo los primeros rayos de sol. Pero la intuición de viejo lobo de mar le advirtió al pescador que el infortunio no pocas veces se presenta disfrazado de ventura. Además, a él no le gustaban las medias tintas. Por ello, con mucho cuidado y delicadeza, devolvió la sirena al mar. Antes de sumergirse de nuevo en el agua, la nereida, no sin cierto tono de rencor en la voz, le dijo: - No sabes lo que te pierdes. A lo que el veterano pescador, con la humildad, amabilidad y sabiduría de un monje budista, repuso: - Ni tú lo que yo gano.

Cuando se despertó de su resaca, una bofetada de realidad lo devolvió a su triste existencia: ni ella era una sirena, ni él un lobo de mar.

2 comentarios:

  1. ...Maila resposta en soños á serea foiche ben serena.

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    1. ... cando soñamos ou cando estamos baixo os efectos do alcohol, todo é dieferente, ilusionante, todo é felicidade, pero a realiade éche outra cousa ben distinta ... por iso é tan bonito soñar, aínda que sexa desperto

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