lunes, 10 de febrero de 2020

404. Invasiones bárbaras

Santiago de Compostela es una ciudad milenaria que a lo largo de su historia ha sido visitada por millones de peregrinos que acudieron a la tumba del Apóstol Santiago para merecerse un trocito de paraíso, pedir perdón por los pecados cometidos (y los todavía por cometer) o expiar penas que les pesaban como losas. Esta ciudad nació y creció en torno a esta idea y la afluencia de peregrinos ha sido durante muchos siglos su principal (por no decir única) fuente de riqueza. Riqueza que, a su vez, ha propiciado incursiones, rapiñas e invasiones de ejércitos ávidos de aventura, gloria y bienes ajenos. Baste con recordar las incursiones  vikingas en los siglos IX y X, la de los ejércitos de Almanzor en el año 997 o, ya en el siglo XIX, la de las tropas napoleónicas.

De un tiempo a esta parte, desde 1993 para ser exactos, y promovidas por las Administraciones local y autonómica se vienen produciendo unos descomunales movimientos controlados de masa humana. Una especie de avalanchas de personas a caballo entre espiritual peregrinaje, incursión turística y excursión vikinga. Y tanto las autoridades laicas como las eclesiásticas ponen muchísimo interés en ello, señal de que el rédito económico para las respectivas arcas debe ser suculento.

Pero todo esto tiene un precio. Con cada xacobeo que se monta, Compostela va perdiendo su carácter, su alma y se está convirtiendo en una especie de parque temático, en una caricatura de sí misma. El próximo Año Jubilar será en el año 2021 y a muchos gestores locales ya les está tardando y con la ansiedad recaudadora que les caracteriza amenazan con organizar la madre de todos los Años Jubilares. A uno le entra el pánico sólo de pensar que lo que no consiguieron ni vikingos ni sarracenos, primero, ni las tropas napoleónicas después, lo van a lograr las invasiones bárbaras durante el Xacobeo 2021. Es por ello que muchos activistas locales empiezan a organizarse en células de resistencia, ideando sistemas de defensa cultural y ocupando puntos estratégicos del caso histórico para que el daño causado por las avalanchas de turistas-peregrinos no sea irreversible. Confiemos en que el Apóstol les ilumine, les de fuerza y les infunda mucho ánimo con el que poder alcanzar su noble propósito.

(Foto: Fernando Hernández Ledesma)


miércoles, 5 de febrero de 2020

403. Montaña

Cuando la cabeza tira por un lado y el corazón por otro, las entrañas toman el camino de en medio. Cuando un ojo mira al pasado y el otro al futuro, el presente es como si no existiese. Cuando un pie camina hacia adelante y el otro hacia atrás, no hay manera de avanzar y rotas todo el tiempo sobre ti mismo. Si te vienes arriba cuando estás decaído y te entra el canguelo en los momentos de euforia, es muy poco probable que logres escalar esa montaña.

martes, 4 de febrero de 2020

402. Árboles

Los árboles de este sendero que discurre a lo largo del río son muy sensibles, reaccionan a los cambios de temperatura, al calor, al frío; a la humedad de la lluvia, al viento seco; al ruido, al silencio y también a los estados de ánimo. Sobre todo a tus estados de ánimo. Muestran empatía y te confortan, te inspiran una llamada telefónica que llevas tiempo sin hacer, una idea para un nuevo relato breve, un haiku, un proyecto fotográfico o la posible solución a un problema que no acabas de resolver. Sueña, te dicen un día, pero mantén siempre los pies en el suelo, no te vayas por las ramas, ve al grano, a lo esencial y, muy importante, cuida tus raíces, pues son estas las que te vinculan con este mundo. Con sus palabras te llenan de energía positiva, aunque tus baterías ya están bastante gastadas y las cargas duran lo que duran. Algunos árboles, una vez cogen confianza, también revelan sus propios deseos, miedos y frustraciones. Te confiesan, uno que quiere ser bastón, otro batuta o taco de billar, un tercero anhela ser un día pincel fino, caja de música o mecedora y por nada les gustaría convertirse en palo de fregona, mango de hacha, carbón vegetal o simple madero. Aunque al final, concluyen, cada uno acabará siendo lo que pueda. Mientras tanto están ahí, para lo que haga falta, aunque sólo sea para echarte de menos.