lunes, 4 de marzo de 2013

149. Mi otro yo

Me miro en el espejo y éste me devuelve la imagen de un tipo de aspecto vulnerable y con expresión dubitativa, no me reconozco en esa imagen. Pienso que quizás sean interferencias de las personas que han estado mirándose en el espejo antes que yo e intento borrar estas interferencias apagando y encendiendo la luz. Repito la operación varias veces, pero la imagen del espejo sigue ahí. De golpe el interruptor de la luz deja de funcionar y empiezo a accionar compulsivamente la llave del interruptor. Es como en una pesadilla, la sensación de que algo malo está a punto de suceder me atenaza y ahoga, quiero gritar y no puedo. Y el tipo ese, al otro lado del cristal, no deja de mirarme sonriendo como un idiota. Era de esperar. ¡Malditos espejos redondos!

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