miércoles, 8 de enero de 2014

187. Claustros

Durante aquel paseo pude ver el tiempo alejarse en muletas, despacio entre las sombras de los cipreses, perderse para siempre por el gran portón, y oír, quizás por última vez, el eco lejano de aquellas palabras que nunca había llegado a pronunciar, y fue entonces cuando percibí la serena soledad que inspiran los claustros soleados en las tardes de otoño.

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