279. En eso estamos
Harto
de asistir impotente e indignado a la bochornosa parada de políticos, banqueros
y empresarios corruptos paseándose impunemente por los juzgados como peces
(tiburones) en el agua, hace dos años decidí corromperme yo también. Por
eso de un tiempo a esta parte por los alrededores de mi casa merodean unos
extraños personajes que se dedican a cobrar facturas impagadas a los morosos.
Primero apareció un señor de frac que me acosaba a todas horas con su maletín,
hasta que un día se dio por vencido. Luego vino durante unas semanas un
cobrador vestido de torero que se moría de vergüenza y tampoco tuvo éxito.
Después le tocó el turno a un licenciado en derecho disfrazado del pato Donald,
pero nada, y unas semanas más tarde a un payaso, muy buena gente, del que acabé haciéndome amigo
y que incluso me invitó un par de veces a cenar en una marisquería de la zona y a
unas copas en un bar de alterne. Todo este tiempo, claro, mis deudas no han
parado de crecer y los cobradores cada vez tienen un aspecto más intimidador,
son auténticos armarios y no atienden a razones. Yo empiezo a tener miedo, pero
mi asesor financiero me aconseja que resista, que ya falta poco, que en
cuanto mi deuda alcance los diez millones de euros ya no me pasará nada y lo
más seguro es que acaben dándome un puesto en el consejo de administración de
alguna multinacional del sector energético o de las telecomunicaciones. Y en
eso estamos.
No ceses en tu empeño.Ah y no olvides perder la conciencia y los escrúpulos por el camino,o no serás un ciudadano respetable.
ResponderEliminar