lunes, 7 de marzo de 2016

280. Domingo

El de ayer fue uno de esos domingos en los que no apetece nada salir de casa. Desayuné tarde y con calma, puse una lavadora, le di un repaso al baño a ritmo de Luis Armstrong, empecé una nueva novela de Jean Echenoz y almorcé un bocadillo en el sofá mientras leía varios artículos de prensa atrasados. Después de la siesta intenté poner un poco de orden en las estanterías de libros y cayó en mis manos uno de mis diarios de peregrino, el de 1993. Lo hojeé durante un rato, deteniéndome a mirar los dibujos y a leer algunas frases subrayadas. Me emocionó especialmente una que decía: “Cuando llegas a Santiago, algunas ideas peregrinas se han convertido en sólidos principios”. 

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