martes, 12 de junio de 2012

87. Deconstrucción fotográfica I

El pasado viernes tuvimos reunión general en el trabajo. Estas reuniones bimensuales son la única ocasión que tenemos para vernos las caras todos los compañeros y compañeras de trabajo, la mayoría de los cuales tenemos veinte o más años de antigüedad en la empresa. Y nos tenemos tan vistos unos a otros que los encuentros suelen resultar largos, tediosos, absurdos, estériles y desconcertantes. Al llegar a casa dejé el maletín del trabajo al lado del cubo de los desperdicios reciclables, me puse un pantalón de chándal y las zapatillas de estar por casa, cogí una manzana del frutero y una cerveza de la nevera y me encerré en el despacho buscando evadirme un poco de la realidad dando rienda suelta a mi espíritu creativo (ya que el lógico-práctico lo tenía hecho una piltrafa). Allí me senté al ordenador y me puse, primero a hurgar en mis archivos fotográficos y después a buscar nuevas vías y formas de expresión plástica con la ayuda del software de mi portátil. Fueron meros experimentos en un intento de aplicar, quien sabe, la deconstrucción a la fotografía digital. Mas como mis conocimientos de informática son todavía muy limitados el recurso que empleé en mi experimento fue muy sencillo: consistió básicamente en dejar macerar la tarjeta de memoria de mi cámara durante unos minutos en un chupito de absenta y luego, sin secar la tarjeta ni nada, pasé las fotografías al ordenador. Para tratarse de un primer intento el resultado, a mi modo de ver, creo no ha sido del todo malo. Pero, en fin, seguiré experimentando, tras otras reuniones generales, con otros archivos, otras ideas y otros licores.

lunes, 28 de mayo de 2012

86. Paradojas

El plato más elaborado puede saber a rayos y el más gris de los días puede, a la postre, resultar muy luminoso. El profesor más erudito puede decir la mayor de las estupideces y el analfabeto más torpe puede proporcionarte un buen consejo. Los labios más dulces pueden dejarte el peor sabor de boca y el piropo menos ingenioso puede provocar la sonrisa más hermosa. Las palabras más sinceras pueden dejarte la herida más profunda y los ojos más tristes pueden ser tu mayor fuente de esperanza. La más firme convicción puede derrumbarse por una tontería y en el lugar menos indicado puede brotar la flor más esperada.

miércoles, 23 de mayo de 2012

85. Emigrante

Delante de la Estación Marítima del puerto de Vigo hay una escultura de bronce que el Ayuntamiento ha colocado ahí muy probablemente en recuerdo de aquellos miles de emigrantes gallegos que en los años cincuenta abandonaron por esta puerta su tierra con destino a Argentina y a Uruguay huyendo de la miseria y del hambre. Desconozco el tiempo que esa escultura lleva ahí plantada, pero seguro que el día en que se inauguró su emplazamiento nada hacía pensar que la figura del emigrante recobraría actualidad tan pronto. Visto así desde atrás, con ese paso firme y decidido y con esa caca de gaviota en el hombro izquierdo, parece un tipo con un cabreo que no le cabe en la maleta, ansioso por abandonar su patria, para buscar en Ecuador, Bolivia o Perú las oportunidades que su propio país le niega. Es la figura de un tipo cabreado que deja atrás a una mujer desahuciada, a dos hijos hipotecados, a un montón de amigos en la cola del paro, a dos funcionarios judiciales con la clavícula rota, el tabique nasal desviado y hematomas por todo el cuerpo y a un interventor de banco con sus funciones reproductoras seriamente dañadas. Me da mucha pena ver como se va este compañero y sólo puedo desearle una buena travesía y mejor suerte en su nuevo destino.

lunes, 30 de abril de 2012

84. Libertades mermadas

Los recortes y más recortes que el gobierno de España viene aplicando, según dice, obligado por la grave situación que está atravesando el país, ya han dejado de ser meras medidas económicas para convertirse en muchos casos, como en el de la enseñanza o el de la sanidad pública, en una auténtica privación de derechos y una merma de libertades. Aún siguen siendo mayoría los españoles que, asustados y cada vez con menos recursos, se creen a pies juntillas las mentiras de nuestros gestores políticos y aceptan sin rechistar no sólo los castigos impuestos sino, y esto es lo peor, también la culpa de todo lo que está pasando. Pero en cualquier situación desesperada siempre aparecen individuos que saben mantener la lucidez, no se rinden con facilidad y se enfrentan a la mediocridad, la avaricia y la infamia con valor, dignidad e ingenio. Confiemos en que también sean perseverantes. 

martes, 10 de abril de 2012

83. Santa Semana

Estos días pasados se ha visto deambular por distintos parques de Santiago a un nazareno despistado haciendo su particular vía crucis por senderos que no se sabe muy bien a dónde llevan. Suponen que se trataba de un penitente apesadumbrado, contrito y arrepentido intentando purgar sus pecados con sacrificio y humillación. Mas nadie lo puede aseverar a ciencia cierta, pues el capirote impedía verle el gesto y cabe la posibilidad de que todo haya sido una mera pose. Una señora de rosario y mantilla que acudía a la procesión del Cristo de la Paciencia incluso exclamó al verlo: “¿Pero qué estará haciendo este alma de cántaro dando vueltas alrededor de la Delegación de la Agencia Tributaria?

miércoles, 22 de febrero de 2012

82. Photocall

Hay retratos –tanto en pintura como en escultura- que nos hablan más del artista que de la persona retratada. La escultura de la fotografía, que representa a Alonso de Fonseca y Ulloa, arzobispo de Santiago de Compostela entre los años 1507 y 1523 e impulsor de la Universidad Compostelana, me parece una de ellas. La obra no refleja tanto el espíritu decidido y emprendedor del eclesiástico y mecenas renacentista como la desesperante resignación que puso en su día quien posó para el artista. Nos hablaría por ello de un escultor que moldea y modela su obra con una minuciosidad y meticulosidad tales que llevan al modelo hasta la más absoluta exasperación. Pero también cabe la posibilidad de que el escultor, en un alarde de genial ironía, haya ido un poco más lejos y lo que refleja el rostro de la escultura es aburrimiento, sí, pero no el que el modelo sufrió durante el posado, sino el de la propia figura de Alonso de Fonseca, obligado por las leyes universales de la física a soportar largas y tediosas sesiones de photocall con los turistas que visitan Santiago. Incluso esa pose un poco encogida del eclesiástico semeja tener como única finalidad el no salirse de los encuadres de las cámaras que no poseen objetivos angulares. Aunque ni la ironía del escultor ni el sacrificio de Alonso de Fonseca pueden evitar que luego, de vuelta en casa, la cuñada de una turista exclame al ver la fotografía: "Hay que vé, qué señó má desaborío!"

81. Calabazas

Muchas de las dudas que uno tiene de niño los adultos las suelen despachar con la tan manida frase “cuando seas mayor lo entenderás”. Yo también me he ido haciendo mayor y sigo sin entender –entre otras muchas cosas- por qué ‘dar calabazas’ es algo feo o negativo. Y cuanto más miro esta fotografía, menos lo entiendo.