jueves, 16 de febrero de 2012

76. El monarca

Se dice que donde pisaba el caballo de Atila no volvía a crecer la hierba, lo cual prueba que el caudillo huno nunca llegó al Noroeste de la península ibérica –otros caudillos, lamentablemente sí lo hicieron-. Y es que Galicia tiene un clima que por sus temperaturas y precipitaciones muy bien podríamos definir como amazónico-atlántico, el cual favorece una exuberante vegetación, donde las plantas y las hierbas –tanto buenas como las malas- crecen con mucho vigor. Si no, que se lo pregunten al rey Alfonso II el Casto, cuya imagen preside la plaza del Castro en el casco antiguo compostelano, justo al lado de la facultad de Historia. Las hiedras no dejan de crecer y a menos que un jardinero municipal le ponga remedio estas enredaderes acabarán estrangulando al insigne monarca asturiano. Circunstancia a la que más de un estudiante de historia ya le ha sacado punta con todo tipo de sarcasmos, como el que eso es lo que le pasa a los monarcas cuando se suben a la parra.

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