miércoles, 22 de febrero de 2012

80. Recuerdos

Es posible que algún día la imagen de este histórico edificio, que hoy día alberga una guardería, forme parte de uno de los recuerdos más entrañables de un santiagués o santiaguesa. Quizás un día cualquiera dentro de treinta o cuarenta años, este santiagués o esta santiaguesa se siente a la mesa de un despacho situado en lo más alto de una de las cuatro torres de Madrid, se deje caer en el respaldo de su silla de diseño después de cerrar un importante negocio al teléfono, fije la mirada en las tres nubes solitarias que divisa a lo lejos sobre el aeropuerto de Barajas y en un repentino acceso de nostalgia asome a su memoria aquella mañana soleada de otoño en que su madre le acompañó a la guardería: cruzó de la mano de su progenitora el amplio paso de peatones de Porta Faxeira, recorrieron luego un interminable Paseo Central de la Alameda, ascendieron un sinfín de escaleras al lado de una fuente gigantesca y llegaron a pies de otra escalinata, donde había muchas otras madres con sus niñas y sus niños, algunos de ellos llorando. Recuerda como subió la escalinata de la fotografía en brazos de su madre y como, antes de entrar en el edificio junto a otros tres o cuanto niños acompañados por una señorita que sonreía mucho y vestía un batín blanco, recibió un beso tan especial de su madre, que todavía está muy vivo en su memoria, como si hubiese recibido ese beso hace sólo un momento.

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