80. Recuerdos

Es
posible que algún día la imagen de
este histórico edificio,
que hoy día alberga una guardería, forme
parte de
uno de los
recuerdos más entrañables de
un santiagués o
santiaguesa.
Quizás un día cualquiera dentro de
treinta o
cuarenta años,
este santiagués o
esta santiaguesa se siente a
la mesa de
un despacho situado en lo más alto de
una de las
cuatro torres de Madrid,
se deje caer en el respaldo de
su silla de
diseño después de
cerrar un importante negocio al teléfono,
fije la mirada en las
tres nubes solitarias que divisa a
lo lejos sobre el aeropuerto de
Barajas y
en un repentino acceso de
nostalgia asome a
su memoria aquella mañana soleada de
otoño en que su madre le acompañó a
la guardería:
cruzó de
la mano de
su progenitora el amplio paso de
peatones de
Porta Faxeira,
recorrieron luego un interminable Paseo Central de
la Alameda,
ascendieron un sinfín de
escaleras al lado de
una fuente gigantesca y
llegaron a
pies de
otra escalinata,
donde había muchas otras madres con sus niñas y
sus niños,
algunos de
ellos llorando.
Recuerda como subió la escalinata de
la fotografía en brazos de
su madre y
como,
antes de
entrar en el edificio junto a
otros tres o
cuanto niños acompañados por una señorita que sonreía mucho y
vestía un batín blanco,
recibió un beso tan especial de
su madre,
que todavía está muy vivo en su memoria,
como si hubiese recibido ese beso hace sólo un momento.
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