Es posiblequealgúndíalaimagen de estehistóricoedificio, quehoydíaalbergaunaguardería, forme parte de uno de los recuerdosmásentrañables de unsantiagués o santiaguesa. Quizásundíacualquieradentro de treinta o cuarentaaños, estesantiagués o estasantiaguesasesiente a lamesa de undespachosituadoenlomásalto de una de las cuatrotorres de Madrid, sedejecaerenelrespaldo de susilla de diseñodespués de cerrarunimportantenegocioalteléfono, fijelamiradaen las tresnubessolitariasquedivisa a lolejossobreelaeropuerto de Barajas y enunrepentinoacceso de nostalgiaasome a sumemoriaaquellamañanasoleada de otoñoenquesumadreleacompañó a laguardería: cruzó de lamano de suprogenitoraelampliopaso de peatones de PortaFaxeira, recorrieronluegouninterminablePaseo Central de laAlameda, ascendieronunsinfín de escalerasallado de unafuentegigantesca y llegaron a pies de otraescalinata, dondehabíamuchasotrasmadresconsusniñas y susniños, algunos de ellosllorando. Recuerdacomosubiólaescalinata de lafotografíaenbrazos de sumadre y como, antes de entrareneledificiojunto a otrostres o cuantoniñosacompañadosporunaseñoritaquesonreíamucho y vestíaunbatínblanco, recibióunbesotanespecial de sumadre, quetodavíaestámuyvivoensumemoria, comosihubieserecibidoesebesohacesólounmomento.
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