En algún lugar
he leído que la diferencia entre pornografía y erotismo es que la primera
muestra y la segunda sugiere. De ser eso cierto, he aquí una fotografía
erótica, digna (y perdónenme el atrevimiento) de figurar en el calendario
Pirelli. Alegra tanto el ojo masculino como el femenino y, teniendo en cuenta
que la capacidad de imaginación de los amantes de la fotografía no tiene límites,
la misma fotografía podría servir para los doce meses del año.
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