martes, 5 de enero de 2016

270. Loli y Ahmed


Loli y Ahmed se conocieron en un crucero por el Mediterráneo y lo suyo fue amor a primera vista. Él, viudo, era profesor de matemáticas en Trabzon, Turquía. Ella, divorciada, trabajaba como empleada de banca en una sucursal de Llerena, Badajoz. Los dos eran muy creyentes y eso al principio les ocasionó no pocos problemas, pues ella profesaba la fe cristiana y él la del islam. Por ello decidieron juntar sus ahorros e irse a vivir a Nueva Zelanda, y allí, en una casita en medio de la verde campiña, viven ahora los dos solos, felices y vegetarianos, entregados al amor, al cultivo del aguacate y a las enseñanzas del budismo.
   

269. Enero

En mi sueño yo era terapeuta y echado sobre el diván un paciente iba desnudando el alma con parsimonia: ... la calefacción no va, tengo frío y dos zancos de pollo en el congelador; tengo el wasap gripado, no entiendo lo que pone; tengo cero aciertos en la quiniela, la primera vez que me pasa, y la chupa de cuero en la tintorería, sin ella no soy nadie; tengo un grano en el culo y varios grafitis sin terminar; también tengo flato, caspa y muchas ganas de beber; tengo un sinfín de recuerdos sin clasificar y ocho yogures caducados, que no pienso tirar; tengo una botella de Oporto por la mitad y dos de sidra que no consigo abrir; si estoy con gente tengo ganas de estar en silencio y de hablar cuando estoy solo; tengo decenas de libros que no termino de leer, tengo los pijamas sin planchar, unas gafas de sol graduadas que me impiden ver y una boina de marca que no me deja pensar; tengo miedo a volar, mucho miedo, y también un perro que se come las cacas de los demás y me deja las suyas en el sofá; tengo un blog donde escribo tonterías, un amigo que habla chino mandarín y otro que nunca me felicita la Navidad; tengo ganas de que pase el día de Reyes ya, tengo ... cuando me desperté, mi psicoanalista seguía allí, en silencio, mirando por la ventana el paisaje nevado, creo que ni cuenta se dio de que me había dormido.

martes, 15 de diciembre de 2015

268. Candidatos

Estamos en plena campaña electoral, ese período durante el cual los políticos salen de su redil, se vuelven alegóricos, metafóricos e hiperactivos, a saber, lo que muchos gustan denominar fiesta de la democracia. Y como en toda fiesta que se precie, también en ésta no faltan gorrones. Gorrones disfrazados para la ocasión de deshacedores de entuertos, gestores de lo ajeno o simples flautistas de Hamelín. Además de fomentar la proliferación de oportunistas y arribistas, las elecciones tienen también algo de mobbing: candidatos vestidos de manera casual y candidatas monas y sonrientes te endosan folletos, chapas y banderitas en la calle o a la salida del trabajo; coches que incumplen todas las normativas de la ITV, tuneados con pegatinas y provistos de potentes megáfonos, recorren las calles contaminando la ciudad con sintonías insufribles, torturando a los viandantes con machaconas consignas políticas. Y desde las vallas publicitarias los candidatos y candidatas nos ponen unos ojitos, que a uno le entran ganas de denunciarlos también por acoso sexual.
En período electoral los candidatos pierden su dignidad y acuden a ferias, mercados, entregas de premios, eventos deportivos y verbenas varias con el fin de conseguir votos a cambio de irradiar un optimismo perecedero mediante sonrisas ortopédicas y promesas que no piensan cumplir. Les fascina ese glamour de barrio y se mueven entre la muchedumbre rodeados de palmeros, saludan a desconocidos con un fuerte apretón de manos mirando a cámara o al escote de una frutera y piden el voto sin ruborizarse, con el mismo descaro y desesperación que un yonqui te pide unas monedas para poder hacerse con su ansiada dosis.
Al final del día, una vez cumplido con las obligaciones laborales y hechos todos los recados, uno se refugia en su hogar, pone la tele o la radio para desconectar un poco de la realidad y, hala, se te llena la casa de gremlins políticos: en los resúmenes de los mítines del día se destacan frases para la polémica y el debate, frases pensadas y repensadas por los estrategas de campaña y asesores políticos. Frases unas veces vacías de contenido, otras simples perogrulladas, pero bien sonantes e ingeniosas, y casi todas falsas o medias verdades. Y uno piensa si no debería ser obligatorio que en campaña electoral los candidatos estuviesen conectados a una especie de monitor-holter-polígrafo que hiciese sonar una alarma o encenderse un piloto cada vez que el candidato de turno dijese una mentira, una barbaridad o mirase el escote de una simpatizante. De ese modo los indecisos muy posiblemente no lo serían tanto y los resultados de las elecciones resultarían menos previsibles.
El país está muy necesitado de profundos cambios y es preciso comprometerse y tomar partido, pero a la vista de los posados televisivos de los candidatos y las comparsas callejeras de las comitivas electorales, es difícil ilusionarse y la desesperación acaba apoderándose hasta del más optimista. Estoy seguro de que a estas elecciones (como a todas) también se presentan personas decentes, sinceras y con madera de políticos, pero el problema es que de un tiempo a esta parte los candidatos les siguen el juego a los trileros mediáticos y al final todos acaban pareciéndose en exceso.

lunes, 23 de noviembre de 2015

267. Entrañas

Desde que en Siria la primavera árabe se convirtió en invierno apocalíptico los noticieros nos vienen suministrando puntualmente imágenes tremebundas, imágenes que le desgarran a uno las entrañas. Son escenas de bombardeos in situ, imágenes de refugiados intentando cruzar por mar a Europa o de víctimas de los atentados en París. Tanto unas situaciones como otras son la consecuencia del mismo problema y cuanto más intenta uno mirar entre tanta entraña, menos entiende lo que está pasando, menos entiende el problema y menos vislumbra una posible solución rápida y eficaz. Y esto no nos pasa sólo a los ciudadanos de a pie, sino que les sucede también a los gobernantes y personas con capacidad para tomar decisiones de tipo político y/o militar, o eso parece. Y lo más grave de todo ello es que la inmensa mayoría de las víctimas, como casi siempre sucede en estos casos, son personas inocentes.

miércoles, 28 de octubre de 2015

266. Souvenir

De cada viaje que hago procuro siempre traer ganas de volver al lugar visitado (aunque sepa que jamás allí volveré) y un par de fotografías que merezca la pena, sea cual sea la razón, ver más de una vez.

265. Foto, la foto

Hay mensajes que aun entendiéndolos, y por mucho empeño que uno ponga en ello, no resulta fácil (ni necesario, quizás) hacerse una opinión al respecto. Y no digamos, hacer un comentario. Tuvo que ser en un momento así cuando alguien dijo por primera vez aquello de “una imagen vale más que mil palabras”.

sábado, 17 de octubre de 2015

264. Viacrucis

Al final va a resultar que ni unos son tan chapuzas ni los otros tan eficientes. Parece que no queremos darnos por enterados, pero el mundo está sembrado de apariencias y de falsas verdades que, dicho sea de paso, en mayor o menor medida todos contribuimos a extender debido a nuestra patológica debilidad por la mitología. Muchos mitos se han derrumbado ya, como sucedió con las bondades de las espinacas, con la infalibilidad del Papa o con la virilidad de los latin lover, y otros mitos seguirán el mismo camino. El viacrucis de Volkswagen creo que no ha hecho más que empezar.