miércoles, 9 de marzo de 2016

283. Figuras geométricas

Mario Benedetti nos puso sobre aviso de que desconfiásemos de tres figuras geométricas, a saber, los triángulos amorosos, los círculos viciosos y las cabezas cuadradas, pero luego, va uno, se encuentra con esto y ¿qué hace?

martes, 8 de marzo de 2016

282. Ocho de marzo

Por todas las mujeres trabajadoras, especialmente por aquellas que se dejaron (y se dejan) la salud y los mejores años de sus vidas en sacar una familia adelante, criando y alimentando a unos hijos (con frecuencia, también a un marido torpe) o cuidando de un familiar enfermo, y que, en jornadas de 24 horas realizaron (y realizan) tareas mal remuneradas en el trabajo y nunca suficientemente valoradas en casa.

lunes, 7 de marzo de 2016

281. Only a dream


Bien dormido, desayunado y duchado me subo al coche –empieza un nuevo día-, el portal del garaje se alza como el telón de un teatro y el sol luce estupendo en un cielo azul intenso. El tráfico es fluido, casi todos los semáforos se ponen en verde a mi paso, llego al campus y estaciono el coche enseguida, muy cerca del gingko biloba. Subo la suave cuesta que me lleva a la zona vieja de la ciudad con paso animoso y seguro, parapetado tras mis gafas de sol y los auriculares de mi reproductor MP3. Sopla de cara una leve brisa que me acaricia el alma, me cruzo con una chica sonriente y entra el saxo en Only a dream de Van Morrison, un cachorro de labrador me mira como si fuese su mejor amigo, me viene una idea para un posible haiku... En momentos así creo que puedo comerme el mundo y puedo llegar a sentirme invencible –inmortal, casi-. Lo sé, todo es una pura fantasía –una pueril fantasía, diría-. Y, en cualquier caso, una fantasía pasajera y poco duradera. Pero, qué coño, lo bien que me siento cuando experimento tal subidón de entusiasmo es algo que no tiene precio. 
Estos días el tiempo no acompaña, las mañanas amanecen grises, con lluvia y viento frío, hay retenciones en la rotonda, mi MP3 se gripa y el paraguas, un auténtico incordio, me impide ver perros y sonrisas, tampoco consigo comprimir mis sensaciones en diecisiete sílabas y, además, están todos esos ruidos. Pero mi terapeuta me dice que ya falta poco para la primavera.


280. Domingo

El de ayer fue uno de esos domingos en los que no apetece nada salir de casa. Desayuné tarde y con calma, puse una lavadora, le di un repaso al baño a ritmo de Luis Armstrong, empecé una nueva novela de Jean Echenoz y almorcé un bocadillo en el sofá mientras leía varios artículos de prensa atrasados. Después de la siesta intenté poner un poco de orden en las estanterías de libros y cayó en mis manos uno de mis diarios de peregrino, el de 1993. Lo hojeé durante un rato, deteniéndome a mirar los dibujos y a leer algunas frases subrayadas. Me emocionó especialmente una que decía: “Cuando llegas a Santiago, algunas ideas peregrinas se han convertido en sólidos principios”. 

viernes, 26 de febrero de 2016

279. En eso estamos


Harto de asistir impotente e indignado a la bochornosa parada de políticos, banqueros y empresarios corruptos paseándose impunemente por los juzgados como peces (tiburones) en el agua, hace dos años decidí corromperme yo también. Por eso de un tiempo a esta parte por los alrededores de mi casa merodean unos extraños personajes que se dedican a cobrar facturas impagadas a los morosos. Primero apareció un señor de frac que me acosaba a todas horas con su maletín, hasta que un día se dio por vencido. Luego vino durante unas semanas un cobrador vestido de torero que se moría de vergüenza y tampoco tuvo éxito. Después le tocó el turno a un licenciado en derecho disfrazado del pato Donald, pero nada, y unas semanas más tarde a un payaso, muy buena gente, del que acabé haciéndome amigo y que incluso me invitó un par de veces a cenar en una marisquería de la zona y a unas copas en un bar de alterne. Todo este tiempo, claro, mis deudas no han parado de crecer y los cobradores cada vez tienen un aspecto más intimidador, son auténticos armarios y no atienden a razones. Yo empiezo a tener miedo, pero mi asesor financiero me aconseja que resista, que ya falta poco, que en cuanto mi deuda alcance los diez millones de euros ya no me pasará nada y lo más seguro es que acaben dándome un puesto en el consejo de administración de alguna multinacional del sector energético o de las telecomunicaciones. Y en eso estamos.

278. Frustración


El paisaje de la foto tiene un cierto parecido con Cortina d’Ampezzo, Garmisch Partenkirchen o St. Moritz, mas no es el caso. No se trata de ningún paisaje alpino, sino de una pequeña duna de la playa del Ancoradoiro (Muros - A Coruña), fotografiada la pasada primavera. Un fin de semana de enero, en plena temporada de esquí, me acerqué de nuevo hasta esa duna con la esperanza de encontrar un paisaje salpicado de esquiadores, niños y domingueros varios disfrutando de la nieve, pero, para mi sorpresa y disgusto, lo que me encontré fue una urbanización de castillos de arena, a cuál más feo. Es frustrante, estamos aun pagando las graves consecuencias del estallido de una burbuja inmobiliaria y parece que ya comienza a inflarse otra. 

martes, 16 de febrero de 2016

277. El pintor


La maestría con la que pintaba los bisontes y los ciervos en las paredes de la caverna provocó la admiración de los suyos, lo consideraban un experto conocedor de esos bichos y también del arte de la caza. Así fue que en la siguiente primavera le pidieron que acompañase a los cazadores en la primera salida. La vanidad pudo más que su cojera y el pintor aceptó ufano. Tras dos días de agotadoras caminatas se toparon con una manada de bisontes pastando apaciblemente en el claro de un bosque. Un macho se apartó del grupo y salió como un rayo a defender su territorio. El que peor suerte corrió fue el pintor. Su pérdida causó una gran conmoción en la tribu.