lunes, 6 de septiembre de 2010

15. Un lugar encantado

La chica de la foto soy yo y la instantánea fue tomada un domingo de agosto del año 2002 en el paseo marítimo de un pueblo de la costa almeriense. Un paseo marítimo que yo solía recorrer todas las mañanas para intentar disipar el agotamiento físico y mental que me había traído de Madrid. Además de soltar todo el estrés acumulado, encontré en ese paseo un lugar -el punto exacto queda a la izquierda, fuera del encuadre de la foto- con mucha magia, poesía y encanto; un lugar en el que todos los días ocurrían cosas extrañas y sorprendentes. Así, el lunes presencié una acalorada y simpática pelea por una plaza de aparcamiento entre un repartidor de helados y un turista ruso que no hablaba español y los dos acabaron la disputa a carcajada limpia; el martes encontré un billete de 100 euros mojado y arrugado en el que alguien había escrito con tinta roja “trátame con cariño”; el miércoles una gitana me leyó la mano y me anunció grandes cambios en mi vida; el jueves un músico rumano con un acordeón todo parcheado tocó, sin que yo se lo pidiese, mi bolero favorito; el viernes una turista belga rompió aguas en pleno paseo marítimo con un gran alboroto de camareros, municipales y gaviotas; el sábado descubrí una botella de tequila que contenía un papelito enrollado y que resultó ser el recorte de un cuento infantil con una imagen del genio de la lámpara maravillosa; y el domingo, mi último día de vacaciones, un fotógrafo aficionado me hizo varias fotos desde lejos, un fotógrafo natural de Salvaterra de Miño (Pontevedra), donde ahora resido de manera permanente.

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