miércoles, 22 de abril de 2020

425. Safari

El encierro al que la pandemia del coronavirus nos tiene obligados está empezando a pasar factura. Uno hace todo lo que puede para mantener el cuerpo y la mente en forma, pero no es fácil. Las botellas de vino vacías se van acumulando en el alféizar de la ventana; la aguja de la báscula marca cada semana un hora distinta, no lo entiendo; uno se hace un lío reenviando memes y surgen malos entendidos que luego cuestan varias decenas de whatsapps aclarar. Para mantener la mente ocupada, las primeras semanas participé en varios retos fotográficos que consistían en subir cada día a facebook una fotografía sobre un tema determinado. Pero estos retos ya han concluido y hace un par de días, no sé si fue debido a que me olvidé de tomar el ansiolítico o por haber dormido poco y mal, con pesadillas angustiosas, o quizás fuese simplemente un síndrome de abstinencia fotográfica, pero nada más despertar le di al interruptor y vi la luz. En el techo de mi dormitorio, dentro de una lámpara que tiene forma de arel o bendir. Salté de la cama y, sin desayunar ni nada (con lo que eso significa para mí) cogí mi cámara de viaje y me puse a recorrer el apartamento fotografiando todo objeto con forma circular: lámparas, platos, tapas de ollas, tarros, vasos, posavasos, desagües, preservativos, carteritas, relojes, cabos de vela, el cubilete de los dados eróticos (con alguna telaraña), monedas, medallas, anillos, ceniceros, la tapa del objetivo. Creo que algo de síndrome de abstinencia sí era, pues sucedió todo de una manera muy febril e intensa. Fue como una especie de safari emocionante en el que descubrí rincones desconocidos, dunas de polvo, plantas y recuerdos que ya no estaban donde los recordaba. Incluso me topé, menudo susto, con una manada de elefantes cruzando el salón en dirección poniente. 
Quizás convierta el resultado de este safari casero en un proyecto fotográfico. Mientras edito las fotos le estoy dando vueltas a un posible título. Círculos mágicos y viciosos, y viceversa, quizás. Aún no lo tengo muy claro.

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